Soluciones cosméticas para paliar los problemas del cuero cabelludo

Las consultas más frecuentes están relacionadas con la caspa, la alopecia o la dermatitis seborreica, que pueden estar provocadas por factores externos.

El cuidado del cabello y los problemas del cuero cabelludo son temáticas ya clásicas para las que la oficina de farmacia debe estar preparada. Aportar un buen asesoramiento en estos campos a los pacientes puede ayudar a mejorar su bienestar y, en consecuencia, también incidirá en sus niveles de confianza y autoestima.

Para empezar, hay que tener en cuenta cuáles son las consultas más frecuentes, entra las que se sitúan la caspa, la alopecia, la dermatitis seborreica y los picores del cuero cabelludo.

También es práctico contar con un cuestionario específico para conseguir toda la información necesaria que ayudará a dar el asesoramiento más adecuado. “Lo primero de todo es ver si se está utilizando algún tipo de medicamento para tratar la patología por la que nos está consultando, si le ha sido prescrito y cuánto tiempo lleva usándolo. Igualmente, hay que preguntar al usuario por los hábitos de higiene del cuero cabelludo y del cabello, para saber si su rutina capilar es correcta o si se debe cambiar algo”, indica a este periódico María Rojo, farmacéutica en el COF de Álava.

Añade que “hay que tratar de averiguar la causa por la que el cuero cabelludo presenta prurito o sequedad”.  Y es que, se puede deber a diversas causas: que es sensible, por ejemplo, o puede ser secundario a alguna patología o al uso de un determinado producto. Una vez localizado el factor desencadenante del problema, el farmacéutico intentará “eliminarlo si es posible”, asegura la experta.

Rojo también recomienda observar detenidamente otros aspectos, por ejemplo, si el pelo está teñido, o si es de tipo seco, graso, fino, sin volumen, apagado, etc. “Hay una gran variedad de tratamientos cosméticos para las distintas patologías del cuero cabelludo”, especifica.

La glicerina y las siliconas aportan hidratación mientras que las ceramidas restauran la función barrera

Como norma general, se apuesta por recomendar siempre un champú de tratamiento, “que no extenderemos más de seis semanas de uso, y alternaremos con un champú calmante y con tensioactivos suaves. Después de esto, podemos aconsejar un champú de mantenimiento de uso frecuente”.

La experta resalta incluso que “hay preparadores del cuero cabelludo para distintos problemas, como pueden ser la sensibilidad y la caspa, que usaremos de forma previa al lavado, aplicando en el cuero cabelludo con un suave masaje, y dejaremos actuar 15 minutos”.

Quintana añade que hay que plantearle al paciente productos “que contengan activos que aporten hidratación y nutrición, como la glicerina y las siliconas. Y elementos relipidizantes, como los aceites vegetales o las ceramidas, con la finalidad de restaurar la función barrera”. Para el picor, recomienda activos con poder calmante y que reduzcan la hiperactividad del cuero cabelludo, “como pueden ser el eucalipto y la menta, que suelen aportar bastante confort de manera inmediata”. defiende.

Ingredientes

“Los extractos vegetales de utilidad para el cabello seco son: la avena, milenrama, y extractos nutritivos como los de mango, karité o dátil del desierto, que pueden compensar la falta de lípidos del cabello. Igualmente, son recomendables los activos emolientes y restructurantes de la fibra capilar, como los tratamientos de queratina. Y en cueros cabelludos sensibles podemos optar por la caléndula, el aloe, activos calmantes, como el polidocanol, e incluso aguas termales calmantes y antipruriginosas”.

En el caso del cabello graso, Vinagre recomienda lavados frecuentes con champús de tratamiento específico. “El tratamiento de la seborrea intentará regular la secreción de las glándulas sebáceas y suele consistir en la aplicación local de preparados con sustancias astringentes, antifúngicas o antinflamatorias para evitar la descamación y el prurito que muchas veces la acompañan”.

Según la experiencia, en estos casos se pueden utilizar champús y mascarillas con base de arcilla; activos seborreguladores, como derivados azufrados, sulfuro de selenio y alquitranes, y extractos vegetales de utilidad en el cabello graso, como el limón o la cidra, la ortiga y el sabal serrulata”.

En el caso de la caspa con forma seborreica, suele tratarse con principios activos con acción antifúngica, como el piritionato de zinc o la piroctona olamina, y otros antifúngicos, como ketoconazol o ciclopirox, eso sí, estos son de prescripción médica.  A estos activos se les unen sustancias con actividad queratolítica, entre los que se encuentran el ácido salicílico, el azufre coloidal y el sulfuro de selenio; antiseborreica, como los alquitranes, y antiprurito, como la aloe vera.

Eso sí, “estos tratamientos muchas veces no aportan cosmeticidad al cabello, por lo que es interesante recomendar otro producto que le aporte belleza”, comenta la farmacéutica del COF de Álava.

Así, la intervención farmacéutica se limitaría a problemas como una caída capilar de menos de tres meses de evolución en la que no existan signos de alarma; patologías ya diagnosticadas y controladas, que requieran consejos dermofarmacéuticos, y casos de sensibilidad del cuero cabelludo no complicados, entre otros.

En cambio, “en muchas ocasiones habrá que realizar una analítica para descartar que el problema sea por una causa médica tratable, como problemas tiroideos o de déficit de algún mineral”, especifica Quintana. Y añade: “Derivaremos al médico cuando se detecten situaciones que puedan requerir de un diagnóstico adecuado, cuando no se responda bien al tratamiento que le hemos pautado, cuando estemos ante pacientes pediátricos o cuando se nos planteen dudas de cualquier índole”, resume Quintana.  Gema López

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