La contaminación ambiental afecta al perfil lipídico elevando el riesgo de aterosclerosis

El nivel de lípidos en sangre y la exposición a contaminantes del aire está relacionada y sugiere un vínculo entre polución atmosférica y riesgo de desarrollar aterosclerosis. 

En los últimos años, la influencia de la contaminación sobre la salud ha cobrado un papel esencial en muchos de los estudios centrados en patologías humanas. Cada vez son más los datos que muestran que la contaminación ambiental podría estar en el origen, aumento o progresión de numerosas enfermedades, por lo que los colectivos médico, científico y social piden, con contundencia, medidas capaces de disminuir las tasas de polución. A su ya probado efecto negativo sobre patologías respiratorias, se va sumando la interacción sobre otras múltiples enfermedades.

Uno de los últimos ejemplos se dio a conocer en el congreso que la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) celebraba en Madrid el pasado mes de octubre y en el que Jean-Yves Blay, director de Políticas de Salud Pública de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), señalaba que hasta un 5% de los casos de cáncer registrados actualmente en la UE “podían atribuirse al efecto de la contaminación. Lógicamente, los tumores más relacionados son los de pulmón, otros localizados en la vía aérea, así como el de mama, aunque tampoco se descarta que, en vejiga o riñón, entre otros, pudiera establecerse también algún tipo de asociación.

Otros trabajos, recogidos en diferentes publicaciones, han observado asociaciones entre las tasas elevadas de contaminación en el aire, básicamente en núcleos urbanos, y aumento en el riesgo de demencia, sin olvidar problemas de fertilidad, alteraciones cardíacas, enfermedades cardiovasculares, diabetes, fracturas por osteoporosis, alteraciones en el desarrollo del miocardio embrionario…, un abanico patológico que, año tras año, se amplia y que afectaría en mayor medida a niños, ancianos y adultos con patologías previas.

ALTERACIÓN DEL PERFIL LIPÍDICO 

La evidencia continúa aumentando. Ahora en un nuevo estudio coordinado por Sergio Valdés y Gemma Rojo Martínez, del área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CiberDEM)  se ha identificado una asociación significativa entre exposición a contaminación del aire y nivel de lípidos en sangre.

Los resultados, publicados en European Journal of Clinical Investigation, muestran así una relación entre nivel de lípidos en sangre y exposición a contaminantes del aire, que sugiere un vínculo entre polución atmosférica y aterosclerosis.

Tradicionalmente asociada con patologías respiratorias, en este nuevo trabajo se aprecia que la contaminación del aire tiene también efectos nocivos sobre el nivel de lípidos sanguíneos y puede incrementar los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Para el desarrollo de la investigación se trabajó con datos de 4. 647 adultos de toda España, provenientes del estudio nacional de base poblacional di@bet.es, una iniciativa pionera del CiberDEM realizada entre los años 2008-2010 y 2015-2017 y en el que se midió la prevalencia e incidencia de diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas en la población adulta española. Además de examen físico y una toma de muestra de sangre, la información recogida incluyó edad, sexo, nivel educativo, hábito de fumar, consumo de alcohol, alimentación (frecuencia, adherencia a dieta mediterránea, entre otros), índice de masa corporal o actividad física diaria, entre otros. Los datos sobre exposición a contaminantes se obtuvieron de los trabajos de los colaboradores del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat).

Específicamente, se estudió la asociación para cada persona participante de las concentraciones medias de partículas aéreas contaminantes (partículas con un diámetro aerodinámico menor a 10 o 2,5 micrones) de su domicilio en los años del estudio y la concentración de dióxido de nitrógeno en el aire.

MAYOR TENDENCIA, MAYOR EXPOSICIÓN 

Según Valdés, investigador principal del trabajo, “estos resultados representan un paso importante por tratarse de una investigación basada en una muestra extensa de población, con numerosas variables clínicas, demográficas y de estilo de vida, además de incluir métodos innovadores de medición de lipoproteínas en sangre. La investigadora Gemma Rojo, coordinadora del estudio, insiste en la importancia de “mejorar la calidad del aire en nuestras poblaciones para disminuir el riesgo cardiovascular”.

El análisis ha mostrado una asociación significativa entre la exposición a diversos contaminantes del aire y varias medidas estándar o nuevas de lipoproteínas en sangre, lo que apunta “a un perfil lipídico con tendencia al desarrollo arterioesclerótico en personas expuestas a un mayor grado de contaminación. Incluso podría indicar un factor de riesgo para el desarrollo o padecimiento de enfermedades cardiovasculares”, señala el estudio en el que también han participado numerosos equipos del CiberDEM. Raquel Serrano

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