Las muertes por infarto tienen nombre de mujer: ellas padecen el doble de riesgo

Casi el 40% no sabe identificar los síntomas, por lo que van con retraso al médico.

Las mujeres mueren más por ­enfermedades cardiovasculares que los hombres, y eso que ellas están protegidas por los estrógenos. Pero, con la llegada de la menopausia y la caída de producción de esa hormona, la situación cambia, especialmente en lo que se refiere a los infartos. Y lo hace de tal manera que es la primera causa de muerte en ellas (en ellos, los tumores). Las mujeres tienen el doble de posibilidades de morir por un infarto agudo de miocardio, un 18% frente al 9% de los varones.

¿Por qué? Desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC) lo tienen muy estudiado. Se ­explica por factores como que las mujeres tienden a presentar una enfermedad coronaria aproximadamente 10 años más tarde que los hombres, por lo que ­suelen tener mayores comorbi­lidades (enfermedad renal, hipertensión, osteoarticular, anemia…).

Además, ellas acostumbran a consultar con mayor retraso y, según las investigaciones realizadas, reciben tratamientos menos agresivos que los hombres. “Por ejemplo, se les practican menos cateterismos que a ellos en parte porque llegan en peor estado, en parte porque son más mayores…Pero la realidad es que hay un infratratamiento”, señala Carolina Ortiz Cortés, coordinadora del proyecto Mujer y Corazón de la SEC.

Pero, ¿por qué tardan más en ir al médico? Porque una buena parte desconoce los síntomas del infarto. Solo el 39% de las mu­jeres reconoce esos síntomas, ­según el estudio Hombres y mujeres ante un IAM, ¿actuamos diferente?, presentado en el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología. Las consecuencias de ese desconocimiento es que tardan 237 minutos en llegar a urgencias desde el inicio del dolor, mientras que los varones se demoran solo 98 minutos.

¿Y el 61% restante? Senci­llamente cree que tiene pro­blemas digestivos, respiratorios o algún tipo de trastorno ansioso-depresivo.

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Muchas mujeres creen que los síntomas de un infarto se reducen a un dolor opresivo en el centro del pecho o en la zona epigástrica (estómago), que puede irradiarse a brazo izquierdo. Pero no es así o, mejor dicho, esos síntomas sí denotan un posible infarto tanto en hombres como mujeres, pero en ellas pueden aparecer otros, que pocas relacionan con problemas de corazón. (Un inciso: un dolor en el pecho de más de 15 minutos de duración que reaparece dentro de una hora debe alertarnos de pedir ayuda médica inmediata, tanto en hombres como en mujeres).

Síntomas de infarto en las mujeres

Aturdimiento o mareos

Dolor o molestias en la mandíbula, clavícula u hombros

Dolor o quemazón en el cuello

Dolor en el pecho

En las mujeres no es un síntoma tan frecuente como en los hombres

Dificultad para respirar

Dolor o molestias en la parte superior del vientre

Acidez estomacal, sensación

de indigestión

Náuseas o vómitos

Dolor en uno o ambos brazos

Sudoración

Fatiga y debilidad

FUENTE: Sociedad Española de Cardiología

La coordinadora del proyecto Mujer y Corazón de la SEC señala que el colectivo femenino sufre con más frecuencia “náuseas, vómitos e indigestión, y también refieren más a menudo dolor en el centro de la espalda y en la mandíbula o en el cuello. También mareo, cansancio, sudoración excesiva”.

Por otra parte, las mujeres premenopáusicas suelen presentar con mayor frecuencia que las posmenopáusicas síntomas atípicos, mientras que las mujeres de edad avanzada pueden referir más disnea súbita (falta de aire).

Carolina Ortiz indica que las mujeres siguen pensando que el infarto es cosa de hombres y esa falta de conocimiento explica que cuando tienen síntomas no los identifican y tienden a pensar que es un problema estomacal o ansiedad o cualquier otra cosa. Por lo que no van al médico y esa tardanza es mortal, señala.

A esto hay que añadir el tradicional papel de la mujer como cuidadora del resto de la familia, lo que relega su autocuidado. “Ese papel de mirar siempre a los demás hace que ella no se mire, no se detenga a pensar qué le ocurre, qué le está diciendo su cuerpo”, señala la coordinadora del proyecto Mujer y Corazón de la SEC.

Y por si fuera poco, la realidad es que hay profesionales sanitarios que tampoco saben reconocer los “síntomas atípicos” que presentan las mujeres, inclinándose a diagnosticar, por ejemplo, ansiedad. Es preciso, indica Carolina Ortiz, aumentar el cono­cimiento tanto de los profesionales sanitarios (“fundamental”, explicita) y de las mujeres.

A esto también se refiere Martha Gulati, la cardióloga del Cedars-Sinai Heart Institute y especialista en salud cardiovascular en la mujer: “Hay prejuicios en la atención a las mujeres y, con frecuencia, no se consi­dera que las mujeres también ­corren el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca. En consecuencia, a menudo se descartan sus síntomas o, al menos, no se consideran posibles cardio­patías. Se trata de un prejuicio de género”, indicó la experta en el Congreso que celebró SEC a finales del 2023.

Con relación a la investigación, Gulati también remarcó que durante mucho tiempo no se incluía a las mujeres en los ensayos clínicos: “Esto no ha hecho más que agravar el tratamiento subóptimo en ellas porque nos hemos retrasado en entender cómo les afectan los medicamentos y terapias al dejarlas ­fuera de la investigación. Y dejar fuera a las mujeres es dejar fuera al 52% de la población mundial”.

Además, las mujeres empiezan a tener síntomas incluso días antes de que llegue el temido infarto, pero como no los identifica, tardan mucho más en ingresar en el hospital. Para entonces, el pronóstico es peor porque ese músculo vital está ya muy deteriorado.

Desde el Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC resaltan que hay dos ámbitos claros en los que se debe actuar para mejorar la salud cardiovascular de las mujeres.

En primer lugar, mediante el conocimiento y la percepción del problema por parte de las propias mujeres. En este punto es clave conocer el papel de los cambios hormonales durante la vida de la mujer ya que tiene un impacto considerable en la salud cardiovascular.

Y aconsejan una revisión cardiovascular en dos épocas de la vida de la mujer: una, durante el embarazo y en el postparto y ­durante la menopausia, momento en que pueden aparecer factores de riesgo cardiovascular ­como hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, no detectados previamente y que las propias mujeres deben conocer, explican desde la SEC.

Más casos en jóvenes, por tabaco y obesidad

En las últimas décadas ha aumentado la incidencia de infarto de miocardio en mujeres menores de 55 años, algo que tiene ver por la adopción de estilos de vida que entonces eran más usuales en los hombres, como el consumo de tabaco, además de una mayor incidencia de obesidad. La prevención es primordial para reducir el riesgo de infarto en este subgrupo de mujeres. Los especialistas piden mejorar el conocimiento de la enfermedad cardiovascular por parte de todos los profesionales, lo que implica la realización de estudios dirigidos a mujeres, un mayor porcentaje de inclusión cuando se realizan en hombres y mujeres, y la realización de registros nacionales e internacionales que muestren el efecto de determinadas intervenciones terapéu­ticas en las mujeres. Celeste López

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