Más atención en el mostrador ante posibles casos de urticaria crónica

Los profesionales cuentan con el primer ‘Atlas de la urticaria crónica en España’, en el que se pone de manifiesto el retraso en el diagnóstico que sufren estos pacientes.

La urticaria crónica es una patología inflamatoria que presenta ronchas pruriginosas con o sin angioedema y con una frecuencia casi diaria durante, al menos, 6 semanas. La demora en el diagnóstico de la urticaria crónica desde que aparecen los primeros síntomas se sitúa en algo más de tres años, un tiempo que los profesionales sanitarios quieren reducir, junto con el impulso de otras medidas que supongan un cambio de modelo de la atención sanitaria de la enfermedad para, así, mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Esta es la realidad que se recoge en el primer Atlas de la urticaria crónica en España que ha sido elaborado por la Asociación de Afectados por Urticaria Crónica (AAUC), y revisado por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).

La publicación -que ha sido redactada a partir de una encuesta realizada a pacientes de los servicios de dermatología y alergia de 39 hospitales españoles, en colaboración con médicos, psicólogos y economistas de la salud- tiene el objetivo de dar a conocer, evidenciar y comunicar el impacto que la urticaria crónica tiene en las personas que la padecen, así como ayudar a los profesionales sanitarios a establecer prioridades en su manejo.

Para Miguel Ángel Calleja, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen Macarena, en Sevilla, esta obra va a contribuir a un mejor conocimiento sobre la realidad de la enfermedad y, a partir de sus recomendaciones y guías de práctica clínica, conseguir mejores resultados en salud para los pacientes.
El documento, además de anticipar el diagnóstico, busca, según Calleja, dar mayor visibilidad a la enfermedad y favorecer el trabajo coordinado de los profesionales sanitarios, en particular en lo que a derivación de pacientes se refiere, “con criterios claros, objetivos y anticipatorios”, especifica.

En una línea similar se pronuncia Marta Ferrer Puga, directora de la Unidad Alergología de la Clínica Universidad de Navarra, quien considera esencial “facilitar el rápido acceso a los especialistas, principalmente, en aquellos casos en los que se sufren las formas más graves de la enfermedad”.

Según el texto, el tiempo medio transcurrido desde la aparición de los primeros síntomas hasta que llega el diagnóstico, y que se sitúa en 3,12 años. Los pacientes antes de obtener un diagnóstico visitan de media 3,15 profesionales sanitarios, según refleja este atlas.

Así es y así se manifiesta

Pero, ¿cómo se manifiesta esta enfermedad, que supone uno de los trastornos de la piel más comunes? En España se estima que más de un cuarto de millón de personas padecen urticaria crónica, una enfermedad que es hasta cuatro veces más frecuente en mujeres que en hombres.

Se trata de una patología crónica inflamatoria que se caracteriza por la aparición recurrente de ronchas pruriginosas con o sin angioedema con una frecuencia prácticamente diaria durante, al menos, 6 semanas.

Estas ronchas son evanescentes y luego desaparecen sin dejar señal en la piel. Su tamaño es variable y tienen forma redondeada o irregular. Además del picor, en ocasiones, cursan con sensación de ardor.

La farmacéutica María José Cachafeiro, añade que las ronchas o habones pueden aparecer por todo el cuerpo y se presentan a diario o casi a diario. Asimismo, advierte de que la hinchazón puede afectar a zonas de tejido laxo, como párpados y labios, aunque también a la lengua o glotis, provocando dificultad respiratoria.

Las manifestaciones de la urticaria se clasifican en inducidas o espontáneas, en función de si existe o no algún desencadenante, como pueden ser el frío, la presión o el roce, la vibración, el ejercicio físico, las altas temperaturas o el agua, según Cachafeiro.

La urticaria, además, puede calificarse como aguda, si dura unos pocos días, o crónica, cuando se prolonga desde semanas hasta años, “incluso más de cinco”, explica.

Conocer los síntomas para derivar

El farmacéutico comunitario no es ajeno a la realidad de los pacientes que sufren esta enfermedad. De hecho, una mejor formación de este profesional en esta patología “y estar más atentos en el mostrador a los posibles pacientes” contribuiría a mejorar la derivación y, así, reducir esa demora diagnóstica que se menciona en el atlas, indica Cachafeiro.

Ana Giménez-Arnau, médico adjunto del Departamento de Dermatología del Hospital del Mar, de Barcelona, señala a este medio que el diagnóstico de la urticaria es esencialmente clínico y basado en la descripción y exploración de los habones, del angioedema y del picor. “En ocasiones, las lesiones son evanescentes y el paciente puede acudir sin lesiones, por lo que llegan a la consulta con fotografías”, relata la facultativa.

Pero lo realmente complejo es hacer un diagnóstico diferencial con otras enfermedades cutáneas y buscar una causa desencadenante externa o ambiental” de las lesiones, reconoce Giménez-Arnau. Covadonga Díaz

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