La enfermedad arterial coronaria antes de los 45 años se asocia a más riesgo de demencia

Angiografía coronaria.

Tras analizar a 432.667 adultos, un estudio muestra que la probabilidad de desarrollar demencia de todo tipo aumenta un 36% entre adultos con coronariopatía de aparición temprana.

El riesgo de que las personas menores de 45 años con enfermedad arterial coronaria sufrieran una demencia –de cualquier tipo, vascular o alzhéimer- en los 13 años siguientes aumentaba en un 36%.

Por cada década que descendía el diagnóstico de enfermedad arterial coronaria aumentaba un 25% el riesgo de todo tipo de demencia; un 29% el de la enfermedad de Alzheimer, y en un 22% el de demencia vascular.

Así lo muestra este estudio, publicado en la revista de la Asociación Americana de Corazón (AHA), Journal of the American Heart Association, que se ha llevado a cabo con datos de 432.667 personas incluidas en el Biobanco de Reino Unido.

El autor principal de la investigación, Fanfan Zheng, de la Academia China de Ciencias Médicas, afirma que “lo que más nos sorprende ha sido la relación lineal entre edad de aparición de la coronariopatía y demencia. Esto muestra una influencia tremenda de la enfermedad coronaria prematura en la salud cerebral”.

“A medida que las personas vivan más y sean diagnosticadas con enfermedad coronaria a una edad más temprana, es probable que haya un gran aumento en el número de individuos con demencia en los próximos años”, continúa Zheng.

Esas afirmaciones se basan en el análisis de más de 430.000 individuos del Biobanco británico: el 54,6% eran mujeres y la mediana de edad es de 57 años. Los investigadores realizaron un seguimiento de 13 años, durante los cuales registraron los diagnósticos de demencia de todo tipo, tanto vascular como de tipo Alzheimer.

Después de ajustar diferentes variantes como edad y sexo, el índice de masa corporal y el uso de estatinas, las personas con enfermedad coronaria presentaban un 36% más de riesgo de demencia por todas las causas en comparación con los demás participantes que no tenían enfermedad coronaria.

“Los profesionales de la salud deben estar atentos a las personas diagnosticadas con enfermedad coronaria a una edad temprana. El siguiente paso es determinar si la modificación del riesgo cardiovascular en una etapa temprana de la vida promoverá una mejor salud cerebral en el futuro”. Sonia Moreno

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