Hasta el 35% de pacientes Covid críticos presenta daño miocárdico, otro órgano diana para el coronavirus

El virus SARS-CoV-2 ha mostrado una predilección especial por el sistema respiratorio, pero la enfermedad que origina puede provocar daño miocárdico agudo, fenómeno conocido en otro cuadros cardíacos en los que ya se conoce la implicación directa de los virus.

En la Covid-19, diferentes estudios han observado una importante afectación cardiovascular, entre otras, lo que la encuadra como una enfermedad multiorgánica, según las conclusiones de intensivistas que han participado en un encuentro ‘on line’ sobre la patología cardiovascular en el paciente Covid-19, organizado por la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) y moderado por Virginia Fraile, del Hospital Río Hortega de Valladolid y vicesecretaria de del citado organismo.

Coexistir en todas las fases 

Los intensivistas han observado que “entre un 25 y un 35% de los pacientes en UCI con la  Covid-19 ha sufrido daño miocárdico”, según Ana Ochagavía, jefa del Área de Críticos del Hospital Parc Taulí , en Barcelona.  Su detección es una señal de alarma, ya que empeora el pronóstico y, a pesar de que en la mayoría de los casos se presenta en la fase III de la infección, podría “coexistir en todas las fases. Su fisiopatología no está aún bien clarificada: podría estar relacionada con la cardiotoxicidad directa a través de la enzima ACE2, por hipoxemia, por la tormenta inflamatoria de citocinas; todos juntos o por separado pueden causar daño miocárdico, aunque se sugiere que la acción directa del virus en el miocardio podría ser importante”.

El virus, según la intensivista, provoca arritmias -mucho más frecuentes en pacientes con la Covid-19 en UCI (44,4%) que en los que no requieren cuidados intensivos (6,90%), pero también miocarditis a las dos o tres semanas de infección y una elevación de biomarcadores de daño miocárdico. Sin embargo, existe un bajo porcentaje de infarto agudo de miocardio de tipo isquémico.

Existen ciertos biomarcadores, como las troponinas ultrasensibles, cuya elevación se asocia a una mayor necesidad de ventilación mecánica y morbimortalidad, según recoge un pequeño estudio realizado en un hospital de Wuhan, en China. “Esta elevación, que ya se había observado en pacientes no Covid-19 y ahora se ha visto en esta nueva enfermedad”, señala la intensivista.

Optimizar el soporte hemodinámico 

El patrón de intervención ante estos casos no es diferente al que requieren otras infecciones, por lo que recomendó no modificar los protocolos al respecto y realizar ecocardiografías para evaluar la función cardiaca y el estado hemodinámico. “La ecocardiografía a pie de cama podría mejorar el manejo de estos pacientes, ante las limitaciones de realizar otros estudios de imagen. En cuanto al tratamiento, el abordaje es similar al de un ‘shock’ cardiogénico. Se ha empleado además tocilizumab, y no hay evidencias clínicas respecto a al corticoides e inmunoglobulinas”, explica Ochagavía.

Ignacio Monge, intensivista del Hospital de Jerez de la Frontera, en Cádiz, ha detallado  las directrices para la optimización en el soporte hemodinámico en estos pacientes, ya que “además de la infección directa y las comorbilidades previas, se ha comprobado que las propias terapias administradas pueden ser un factor más de inestabilidad. Los pacientes pueden desarrollar hipovolemia, vasoplejía derivada de los altos niveles de sedación, embolia pulmonar o disfunción cardíaca por daño directo del virus al miocardio”.

Los datos de un estudio que desarrolla la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (SAMIUC) revela que un 77,3% de pacientes Covid-19 ha necesitado soporte vasopresor. “Otros estudios elevan esta cifra al 95% de los enfermos, de ahí la importancia de minimizar la afectación derivada del soporte y realizar una monitorización mucho más exhaustiva y personalizada que la desarrollada hasta ahora durante la pandemia”.

 En la reunión, también se aclaró que la HTA en pacientes Covid en UCIs tratados previamente con antihipertensivos  -hecho que generó mucha controversia en las primeras semanas de pandemia-, no tiene una relación directa con mayor riesgo de infección ni peor evolución durante la enfermedad vírica, según datos de varios estudios internacionales. “El uso previo de antihipertensivos no está asociado a una mayor mortalidad en los pacientes infectados por el virus”, según Pablo Millán, intensivista del Hospital La Paz, de Madrid, quien insiste en “seguir administrando los mismos fármacos habituales”. Raquel Serrano (DM)

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