Se evidencia que el consumo regular de aceite de oliva reduce la mortalidad en algunos casos

Un estudio sobre población valenciana, con 18 años de seguimiento, reafirma el efecto protector del consumo de aceite de oliva a largo plazo en adultos.

El aceite de oliva, alimento clave de la dieta mediterránea, es estudiado por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antihipertensivas, entre otras.  Y los estudios, en general, suelen arrojar resultados muy positivos al respecto.

Un buen ejemplo lo representa un trabajo realizado por la Unidad de Epidemiología de la Nutrición de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (Isabial), que ha reflejado en un estudio prospectivo con población adulta valenciana que este alimento tiene un efecto protector y su consumo -dos o más cucharadas al día-, se asocia a una a un menor riesgo de muerte por todas las causas, por enfermedades cardiovasculares y cáncer.

El estudio, publicado en Frontiers in Nutrition y liderado por el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UMH Jesús Vioque, se ha basado en análisis de la alimentación y el estilo de vida de más de 1.500 participantes durante 18 años.

Según explica Laura Torres, investigadora de la UMH y primera firmante del estudio, a mediados de los años noventa un 82% de la población adulta valenciana consumía aceite de oliva a diario.

Para desarrollar el trabajo, evaluaron la mortalidad en un total de 1.567 adultos de 20 años o más, que participaron en la Encuesta de Nutrición y Salud de la Comunidad Valenciana. A mediados de los años noventa se les evaluó el estado de salud (estado ponderal, presencia de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol…) y los principales estilos de vida (consumo de tabaco, actividad física y dieta habitual, incluyendo el consumo habitual de aceite de oliva).

Un seguimiento de 18 años

Tras 18 años de seguimiento, se constató que, frente a no consumir, incluir en la dieta habitual dos o más cucharadas de aceite de oliva al día se asoció a una reducción del 31% del riesgo de mortalidad total, un 46% menor riesgo de mortalidad cardiovascular y un 51% menor riesgo de muerte por cáncer.

El consumo habitual de una cucharada también mostro una reducción del riesgo, “aunque no resultó estadísticamente significativo”, apunta Torres.

Estos resultados, incide, “van en la misma dirección que otros estudios realizados en población adulta en España (estudio de cohortes EPIC, PREDIMED), aunque faltaría por realizar más estudios que hagan más consistente nuestros hallazgos”.

La investigadora añade que “aunque establecer las causas escapa del alcance de cualquier estudio”, sospechan que el efecto protector “podría deberse a su alto contenido en grasas monoinsaturadas como el ácido oleico y otras poliinsaturadas con efectos antiinflamatorios, o también a polifenoles que se encuentran en el aceite de oliva virgen extra y tienen gran poder antioxidante”.

En población no mediterránea

Los investigadores de la UMH concluyen que el consumo habitual de aceite de oliva es seguro y puede reducir significativamente el riesgo de muerte a largo plazo.

No obstante, recomiendan hacer más estudios prospectivos de gran tamaño para confirmar este efecto beneficioso del aceite de oliva en otras poblaciones no mediterráneas y así poder hacer recomendaciones más precisas sobre el consumo y el tipo de aceite de oliva como componente de un patrón alimentario saludable.

A modo de ejemplo, concluye Torres, “sería interesante realizar estudios de gran tamaño muestral tipo cohortes o estudios de intervención prospectivos que exploren los efectos de los distintos tipos de aceite de oliva, como el de oliva normal o de virgen extra, respecto a la morbi-mortalidad total, y la mortalidad específica por las principales enfermedades crónicas”. Enrique Mezquita

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