La baja circulación de gripe esta temporada podría provocar epidemias de mayor gravedad

Los expertos advierten de la necesidad de aumentar la vacunación frente a una enfermedad que causa 1.000 millones de casos anuales en el mundo y podría ser más prolongada

Las intervenciones no farmacéuticas (NPI), como distanciamiento social, confinamiento o el uso masivo de mascarillas, no solo han paliado la propagación de la covid-19, sino también de otros virus respiratorios como la gripe o el virus respiratorio sincitial (VRS). Tanto es así que en algunos países las epidemias de estas últimas enfermedades no han llegado a producirse.

Para Iván Sanz, responsable científico y de Vigilancia Virológica del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, “una disminución tan acusada de circulación de virus como la gripe podría producir una duración más prolongada de estas epidemias e incluso mayor gravedad”. Este experto, coautor de un reciente artículo al respecto en la revista Vaccines, se basa en modelos predictivos relacionados con el clima.

Está demostrado que durante los inviernos menos fríos hay menor número de infecciones debido a la peor transmisión de estos virus. Este hecho conduce a la formación de una bolsa más grande de individuos (no vacunados, no infectados o sin anticuerpos), susceptible de infección al año siguiente. En palabras de este investigador, “en el 72 % de las epidemias de gripe posteriores a inviernos menos fríos, éstas empezaban antes, eran más duraderas y presentaban mayor gravedad”.

“Si en un invierno moderado ya se produce este efecto, en uno donde no ha habido casi gripe podríamos esperar lo mismo o peor”, añade. Este posible descenso de la inmunidad colectiva se estaría ya evidenciando en España con el virus respiratorio sincitial, que afecta a niños menores de 5 años y es causante de miles de hospitalizaciones y visitas a urgencias cada año.

Mirada sobre el hemisferio sur

De cara a la llegada del próximo invierno, la comunidad científica tiene actualmente la mirada puesta en países del hemisferio sur como Australia, Argentina o Sudáfrica, en busca de un modelo de desarrollo de la epidemia de gripe. Aunque aún es pronto para conocer las consecuencias de las medidas anti covid sobre la futura epidemia de gripe, Iván Sanz ve necesario adoptar medidas sanitarias de cara a la temporada que viene, más allá de la vacunación de la población vulnerable.

“Hay que llevar a cabo programas de vacunación masiva frente a la gripe como se ha hecho frente a la covid-19, concienciar a la población de los beneficios de las vacunas y programar eventos de vacunación masiva para que la gente pueda fácilmente vacunarse”, afirma. También insiste en la necesidad de vacunar a los niños, unos de los mayores transmisores de la gripe, como medio para evitar la mortalidad en grupos de mayor edad y de riesgo. “Esta práctica, habitual en otros países, no se hace en España”, recuerda.

Llevar a cabo acciones de concienciación sobre la importancia de la vacunación está justificado por el hecho de que la gripe puede descompensar a pacientes con patologías crónicas previas, desencadenar la aparición de eventos respiratorios y cardiovasculares, requiriendo hospitalización e incluso poniendo en peligro la vida de quien la padece.

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