Conocer todo sobre la mancha cutánea para recomendar el mejor activo

Es preciso conseguir la máxima información del paciente para o bien derivar o bien plantear un tratamiento personalizado con despigmentantes. Siempre se deberá derivar al médico cuando se sospeche una queratosis actínica o un cáncer de piel.

No todas las manchas que aparecen en la piel de los pacientes son iguales, y no todas se pueden tratar de la misma manera. Ante cualquier consulta en la farmacia relacionada con este problema cutáneo hay que conseguir la máxima información para poder plantear un tratamiento personalizado. Y para ello es necesario hacer preguntas: sobre el origen, la evolución, el uso de tratamientos previos, los hábitos de vida, afecciones dermatológicas, medicamentos de uso habitual, etc.

“De esta manera, se podrá valorar si es posible tratar la mancha con un producto dermocosmético o, por el contrario, se necesita una derivación al médico para poder hacer una exploración más exhaustiva y valorar un tratamiento farmacológico o incluso recurrir a alguna técnica estética”, explica Marta Alcalde, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COF de Barcelona.

Según su experiencia, en el caso de que la mancha se pueda tratar desde la farmacia, se recomendará un protocolo despigmentante, donde el producto se aplique siempre de noche sobre la piel limpia. “Durante el día se recomendará una buena limpieza e hidratación seguida por un protector solar con SPF 50+ de amplio espectro. El uso de esta protección y su renovación periódica a lo largo del día (cada cuatro horas, aproximadamente) es muy importante, puesto que la efectividad del tratamiento va a estar condicionada a su uso”.

Además, es aconsejable realizar exfoliaciones semanalmente para favorecer la penetración de los activos despigmentantes”, añade.
Desde su punto de vista, es muy importante que el paciente entienda que la radiación solar empeora las manchas y que los tratamientos son largos en el tiempo y necesitan de mucha constancia para conseguir los resultados esperados. De la misma manera, el farmacéutico ha de tener claro que no todas las consultas sobre hiperpigmentaciones se podrán resolver desde la farmacia.

Derivación 

“Siempre se deberá derivar al médico cuando se sospeche una queratosis actínica o un cáncer de piel, ya sea melanocítico o no melanocítico; cuando no haya una mejoría en  dos meses después de haber recomendado un tratamiento; cuando haya una enfermedad sistémica que pueda ser el origen de la mancha, o cuando se sospeche de una reacción adversa a un medicamento”, enumera.

A estas derivaciones, añade otras situaciones: cuando la mancha vaya asociada a inflamación, prurito intenso, ampollas, sangrado o costras; cuando el paciente afectado sea menor de 12 años o mayor de 65; cuando las lesiones hiperpigmentadas se encuentren en zonas no expuestas al sol y sigan una distribución simétrica o bien cuando las manchas se encuentren en zonas de flexión de las articulaciones o en puntos de presión.

“En estos casos el farmacéutico puede recomendar el uso de un protector solar de SPF 50+ y amplio espectro mientras se realiza la consulta al médico que es quien hará el diagnóstico y la valoración del tratamiento más adecuado”, insiste Alcalde. “Si nos preocupan las manchas debemos comportarnos como auténticos vampiros”, añade María García Batista, vocal de Titulares y Cotitulares de Oficinas de farmacia del COF de Tenerife.

Existen muchas patologías y condiciones médicas que pueden generar la aparición de manchas en la piel. Algunas de ellas incluyen melasma, lentigos solares, efélides (pecas), enfermedades autoinmunes, alteraciones vasculares e incluso cáncer de piel.

En este sentido, y según Bassam Chahboun, del grupo de trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), los estados de hiperpigmentación que más frecuentemente aparecen en el mostrador de las oficinas de farmacia son el melasma y la posinflamatoria. “El primero se puede producir o acentuar en el embarazo o por el uso de ciertos medicamentos, mientras que el segundo puede acompañar a diversos síntomas o patologías tales como el prurito, el acné o la dermatitis”, asegura.

García Batista añade que muchos de esos melasmas que se suelen ver en la farmacia son el resultado de un cambio hormonal sumado a una falta de protección contra el sol, por ejemplo, en el embarazo o en mujeres que han tomado la píldora anticonceptiva. “También podemos controlar con despigmentantes las pecas para que no se unan y se conviertan en una mancha”. Por otra parte, indica que se ven de forma frecuente los lentigos solares, “manchas redondas y pequeñas que salen por el daño crónico solar. Aquí los despigmentantes hacen más bien poco y hay que derivar al dermatólogo”.

Recomendaciones

El portavoz de Sefac indica que en pacientes que pueden ser tratados desde la farmacia hay que tener muy en cuenta su tipo de piel, localización de la mancha y causas probables de su aparición, con el fin de poder elegir los activos cosméticos más adecuados en casa caso. Revisando, sobre todo, los mecanismos de acción, perfil de tolerabilidad y efectos secundarios.

Es importante revisar cómo los productos despigmentantes pueden actuar sobre una o más etapas clave de la síntesis de melanina. Por ejemplo, apunta que el ácido kojico, la arbutina, el tiamidol y el ácido elágico inciden en la inhibición de la formación de melanina. La niacinamida repercute en la transferencia del melanocito al queratinocito. Y el ácido ferúlico, así como las vitaminas C y E, inciden en la oxidación.

“Existen otros activos que, aunque no actúen sobre alguna etapa de la síntesis de la melanina, poseen un efecto despigmentante y potencian el efecto de otros activos, por ejemplo, los alfa-hidroxiácidos (ácido glicólico, láctico); los polihidroxiácidos (gluconolactona y el ácido maltobiónico, indicados para pieles sensibles), y retinoides (retinol, retinal, retinaldehído y esteres)”, añade Chahboun. Redacción.

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