¿Adiós a la gripe?

La tasa global de incidencia gripal ha descendido tras alcanzar el pico máximo a principios de enero

En lo que en lo que va de temporada, la influenza ha provocado la muerte de casi 250 personas

Redacción

Aunque en algunos puntos de nuestro país aún se observa una evolución creciente de la gripe, como es el caso de Ceuta y Extremadura, en el resto del territorio el virus se está despidiendo, pues su incidencia ha ido disminuyendo progresivamente en las dos últimas semanas. Según datos del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España (SVGE), la difusión es epidémica, con un nivel de intensidad baja y con una evolución decreciente.

A pesar de ello, no hay que olvidar que se trata de una enfermedad que aún afecta a muchas personas, concretamente a 135,64 ciudadanos por cada 100.000 habitantes, según datos de la SVGE. A pesar de que en la mayoría de las ocasiones suele tratarse de una afección pasajera, no siempre es así. En lo que en lo que va de temporada, la gripe ha provocado el fallecimiento de casi 250 personas. Tal y como informa la citada SVGE, todas las defunciones se asocian al virus A [138 A(H3N2), 110 A no subtipado y una A(H1N1)pdm09]. El 84% de los fallecidos era mayor de los 64 años de edad y un 96% padecía factores de riesgo. Además, a pesar de que 219 de las personas fallecidas eran susceptibles a vacunarse, solo la mitad lo hizo.

Cada año circulan dos tipos de virus de la gripe A, más uno de la gripe B. Clínicamente no se pueden diferenciar. El B es humano, no afecta a animales y se mantiene siempre muy estable a lo largo del tiempo. En cambio, el virus A varía notablemente. Está ampliamente distribuido en la naturaleza, puede infectar a animales y a humanos y ha sido responsable de diversas pandemias. La combinación de la vacuna se decide entre enero y febrero y es diferente cada año debido a que la composición antigénica del virus varía.

La gripe tiene un periodo de incubación de uno a dos días y, en la mayoría de casos, acaba curándose sola sin necesidad de tratamiento. Prevenirla no es fácil, ya que es en lugares cerrados donde confluyen los virus y, por tanto, continuamente se está en contacto. A pesar de esto, se pueden seguir ciertas pautas de higiene para extremar las precauciones. Siempre se recomienda lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón, taparse la boca al toser o estornudar y ventilar las estancias. Su tratamiento farmacológico se centra en paliar los molestos síntomas con anticongestivos, antitusígenos y antitérmicos, pero nunca la toma de antibióticos. También es importante hidratarse con frecuencia. Además del agua, es bueno beber leche caliente (que ayuda a calmar la garganta y además alimenta) y zumo de naranja natural, que además de hidratar también aporta vitamina C. El uso de fármacos antivirales se limita a determinadas circunstancias. En caso de fiebre alta persistente, aparición de dolor torácico, taquicardia, o dificultad respiratoria se debe acudir al médico porque, aunque la gripe suele ser una patología sin riesgo, en algunos casos se comporta de forma más agresiva. Las complicaciones más comunes son neumonías o bronquitis, especialmente en personas con enfermedades de base.

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