Los riesgos de la Rt en la toma de decisiones

El número efectivo de reproducción en un momento determinado (t) es lo que conocemos como Rt. Desde un punto de vista teórico, podemos entender la Rt como el número de infectados que genera cada caso en diferentes momentos de una epidemia. Su valor depende de la capacidad de transmisión del virus, de la susceptibilidad de la población y de las medidas adoptadas. Estos tres parámetros no son constantes y pueden variar a lo largo del tiempo. Por eso, calcular la Rt es a menudo complejo y se acostumbra a utilizar algún tipo de estimador.

El estimador de la Rt que se publica en dadescovid.cat es un indicador de variación de la situación actual respeto a la de hace cinco días y aplica una fórmula sencilla sobre el número de casos diarios de Covid-19. Como en una semana no se hace el mismo número de pruebas o confirmaciones en domingo que en lunes, hacemos la media de las Rt de los últimos siete días, cosa que permite ver una tendencia. Esta estimación de la Rt es lo que denominamos la Rt sensible. Otra manera de estimar la Rt es aplicar la misma fórmula directamente a los casos de los últimos siete días. Esta sería la Rt estable. Aunque en un primer momento puede parecer que las dos Rt son iguales, no es lo mismo aplicar la fórmula y después hacer la media que primero hacer la media y después aplicar la fórmula. A diferencia de una multiplicación, aquí la orden de los factores sí que altera el producto y provoca que la Rt sensible estime, aproximadamente, valores un 6% más altos que la Rt estable. Eso no es un grave problema desde un punto de vista epidemiológico, ya que en el fondo, el valor concreto de la Rt tiene una importancia relativa. Para entendernos, no hay diferencias entre una Rt de 0,9, una de 0,94 o una de 0,9345678. Si a caso, como cualquier otra estimación, la Rt se beneficiaría de tener unos intervalos de confianza que nos marcarían un rango probable. De todos modos, como se trata de un indicador de variación, es más importante su tendencia que su valor concreto. O sea, no es lo mismo una Rt de 1,2 viniendo de una de 1,5 que viniendo de una de 0,9.

Otra limitación del cálculo de la Rt es que como se basa en el número de casos, una semana con un festivo distorsiona su resultado. Primero, infraestima el valor cuando el festivo cae en el numerador de la fórmula y unos días más tarde lo sobreestima cuando el festivo forma parte del denominador, sin que eso signifique cambios de tendencia en la infección.

A pesar de los problemas, la Rt es un indicador útil porque es una manera rápida de analizar la evolución de la epidemia y nos avisa precozmente de cambios de tendencia que nos hacen estar atentos a posibles rebrotes. Además, el hecho de tener una interpretación sencilla (por debajo del 1 la epidemia decrece, por encima crece y en torno al 1 se mantiene estable) hace que sea un indicador útil a la hora de comunicar.

Ahora bien, tenemos que ser conscientes de que la Rt no es el único indicador que tenemos y no lo debemos interpretar de forma aislada ni estricta. El umbral de 1 nos orienta para saber cómo evoluciona la pandemia, pero cómo se ha explicado anteriormente, tener un valor de 0,95 o de 1,05 no quiere decir nada por sí mismo, sin un contexto. Por lo tanto, tenemos que leer la Rt en función de su evolución pero sobre todo hacerlo de manera conjunta con el resto de indicadores epidemiológicos: la positividad, las incidencias a 7 y 14 días, la tasa de ingresados, las defunciones, los diagnósticos clínicos, etcétera. La Rt es un buen indicador complementario, pero es un riesgo evidente convertirla en el centro de gravedad de la toma de decisiones porque, como todos los indicadores, no está libre de limitaciones.

El valor de esta estimación tiene una importancia relativa y es más relevante su tendencia. M.T. T.

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