Las proteínas tienen una función esencial a partir de los 50 años para combatir el cansancio

Es necesario asegurar una ingesta diaria suficiente de aminoácidos

Al cumplir años, las necesidades nutricionales de las personas varían, a consecuencia del metabolismo, los hábitos alimentarios y los cambios en el estilo de vida. Todas estas circunstancias en torno a los 50 de edad provocan una disminución de la tasa metabólica basal, que son las calorías que consume el cuerpo por el solo hecho de estar vivo.

Esto deriva en una pérdida de la masa muscular y un aumento de la masa grasa. De hecho, se calcula que, alrededor de los 50 años, se comienza a perder cerca de un 10% de masa muscular por cada década que pasa. La pérdida de músculo y la disminución del gasto de calorías favorecen el aumento de peso, lo que aumenta el riesgo de entrar en un círculo vicioso con disminución de fuerza, aparición de cansancio y falta de energía. Esta situación comporta una pérdida de la capacidad funcional más acelerada que puede suponer una limitación sobre todo en un momento de la etapa vital de las personas en las que sienten el deseo de estar aún muy activas. Para ralentizar este proceso, son clave el ejercicio físico y una alimentación adecuada.

Proteínas para la vitalidad

La dieta para tener una buena forma física a partir de los 50 años y mantenerse activo debe tener una ingesta suficiente de vitaminas y minerales. Pero sobre todo son las proteínas las que realmente contribuyen a mantener la vitalidad, por ser el material de construcción del músculo y el motor que permite llevar a cabo cualquier actividad. Las proteínas son el componente principal de las células y, junto con los hidratos de carbono y los lípidos, son imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Forman los tejidos (como el colágeno de la piel), trabajan como neurotransmisores, imprescindibles para las conexiones nerviosas, transportan vitaminas y son decisivas para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Están formadas por aminoácidos, algunos de los cuales, los denominados esenciales, solo se pueden adquirir a través de la alimentación, por lo que es necesario un aporte diario de proteínas. Estas se encuentran en la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos, productos que contienen la gama completa de los aminoácidos esenciales. También están presentes en los cereales, las frutas, las verduras y los frutos secos.

Sin embargo, el estilo de vida actual en ocasiones dificulta el consumo diario adecuado de proteínas, por lo que puede ser necesario acudir a complementos nutricionales si se necesita un plus que no se consigue con la alimentación. Estos preparados combinan los componentes nutricionales que aseguran la cantidad y calidad adecuadas. Tal y como remarcan desde Nestlé Health Science, empresa de desarrollo de soluciones nutricionales innovadoras, este tipo de productos en ningún caso deben sustituir la alimentación habitual, sino que constituyen un refuerzo. Además, se recomienda el consejo de un profesional sanitario que debe orientar sobre la dieta y la suplementación más apropiada para cada persona.

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