La cirugía refractiva y el ojo seco, reto de los oftalmólogos europeos

Los avances tecnológicos, Ia experiencia del cirujano, un buen diagnóstico y una indicación personalizada de la técnica son claves

Un tema candente entre los oftalmólogos son las complicaciones en cirugía refractiva, que dan problemas en menos de 1 de cada 3.000 casos, pero que requieren de un manejo experto. Según destaca el Dr. Daniel Elies, oftalmólogo de IMO, “dado que son muy infrecuentes, tenemos que conocerlas para que, cuando ocurran, podamos tratarlas y alcanzar un buen resultado”. Sobre todo, si tenemos en cuenta que en España se realizan cada año más de 100.000 intervenciones de cirugía refractiva corneal -técnicas para corregir la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo- y 500.000 operaciones de catarata al año, un procedimiento que también se indica para corregir la presbicia o vista cansada mediante la implantación de lentes intraoculares.

Entre el 20% y el 25% de las complicaciones están relacionadas con no detectar a tiempo el ojo seco, que puede limitar los resultados de la cirugía. En la mayoría de las ocasiones, es un problema transitorio que suele desaparecer a los tres meses de la intervención, pero en algunos pacientes (1%) puede prolongarse de forma crónica”. Por ello, es imprescindible realizar un examen diagnóstico completo de la superficie ocular y, en caso de ojo seco preexistente, tratarlo antes de llevar a cabo la cirugía refractiva. De este modo, se puede trazar una estrategia para evitar que se descompense y favorecer la recuperación y la calidad visual final.

En este sentido, los oftalmólogos advierten que hay que estudiar muy bien a los candidatos que son intolerantes a las lentes de contacto: “A menudo esconden un ojo seco que puede requerir diferentes alternativas preoperatorias, dependiendo de su gravedad”.

Minimizar riesgos

Otras complicaciones asociadas a la cirugía refractiva, mucho más infrecuentes, son los defectos refractivos residuales, el astigmatismo irregular o las rotaciones de las lentes intraoculares. Para prevenir cualquier riesgo y solucionar los problemas que raramente suelen surgir, existen equipos que permiten captar imágenes previas más precisas o que guían al cirujano en la colocación de las lentes. Por tanto, la innovación tecnológica es un valor añadido que se suma a la experiencia del oftalmólogo a hora de elegir y ejecutar la técnica quirúrgica adecuada para cada paciente. M.T.TOUS

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