Hallan una nueva ruta para acabar con la dependencia de la nicotina

Las personas con dependencia de la nicotina tienden a tener diferencias estructurales y funcionales significativas en el cerebro, en comparación con los no fumadores sanos.

La dependencia de la nicotina se asocia con un control inhibidor mediado por la vía hiperdirecta desregulado. Sin embargo, actualmente no existen tratamientos basados ​​​​en evidencia que demuestren que se dirijan a dicha vía para mejorar el control inhibidor (CI) y reducir las ansias de fumar y el tabaquismo. En este sentido, una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri (EEUU) sugiere que puede haber otra forma de tratar dichas ansias de fumar.

Las personas con dependencia de la nicotina tienden a tener diferencias estructurales y funcionales significativas en el cerebro, en comparación con los no fumadores sanos. Así, se ha demostrado que fumar cigarrillos se asocia con menos materia gris, lo que significa que tienen menos neuronas y otras células en el cerebro.

Tener dificultades con el control inhibidor puede hacer que sea más difícil evitar fumar cuando surge la necesidad, en respuesta a todas las señales y contextos del entorno que desencadenan el comportamiento de encender un cigarrillo“, indicó el autor principal, Brett Froeliger, profesor de Psiquiatría.

Los investigadores descubrieron que la estimulación magnética transcraneal (TBS) de explosión theta (pulsos de campo magnético fuertes y que fluctúan rápidamente que pueden afectar la actividad cerebral) puede conducir a un mejor autocontrol, una reducción de la necesidad y, como resultado, fumar menos.

La estimulación magnética se ha utilizado para tratar otras enfermedades y trastornos mentales. El cTBS se ha probado experimentalmente para tratar el trastorno de ansiedad generalizada, mientras que el iTBS para la corteza prefrontal dorsolateral izquierda (una parte del cerebro responsable de los procesos cognitivos) está aprobado por la FDA para tratar el trastorno depresivo mayor.

El estudio, publicado en ´Biological Psychiatry CNNI´, involucró a 37 participantes, en su mayoría de 40 años, y examinó los efectos de cTBS e iTBS en la circunvolución frontal inferior derecha, una región del cerebro muy involucrada con la CI. Los investigadores descubrieron que el cTBS mejoraba el control inhibidor, mientras que tanto el cTBS como el iTBS reducían los antojos y, posteriormente, el tabaquismo.

“Identificar tratamientos que mejoren la CI puede ayudar a reducir el tabaquismo y potencialmente ayudar a prevenir la recaída después de que una persona intenta dejar de fumar“, explicó el prof. Froeliger. “Los tratamientos que mejoran la CI también pueden ayudar a interrumpir el ciclo de consumo de drogas entre personas con otros trastornos por consumo de sustancias; sin embargo, se necesita más investigación para examinar el valor clínico del TBS para el tratamiento de los trastornos por uso de sustancias”. R.: Ana Mera. Farmacéutica. Barcelona

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