El cáncer no entiende de calendarios

Habitualmente asalta nuestra agenda distintos días mundales relacionados con el cáncer. Por ejemplo, el Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello o el día Mundial del Cáncer Oral. Habitualmente, también dentro del ruido de nuestras actividades cotidianas, estos días suelen pasar bastante desapercibidos para la mayor parte del público.

No obstante, déjenme que vuelva sobre este tema, aunque sea en fechas que no coincida con uno de estos días (el cáncer oral no entiende de calendarios, por otra parte). Este cáncer, el cáncer de labio, cavidad oral y faringe, representa el 3,8% de la incidencia de cáncer en todo el mundo y el 3,6% en cuanto a mortalidad. Los cánceres más prevalentes son los siguientes: de mama (2,26 millones de casos); de pulmón (2,21 millones de casos); colorrectal (1,93 millones de casos); de próstata (1,41 millones de casos); de piel (distinto del melanoma) (1,20 millones de casos); y gástrico (1,09 millones de casos). Los cánceres que causaron un mayor número de fallecimientos en 2020 fueron los siguientes: de pulmón (1,8 millones) colorrectal (916.000); hepático (830.000); gástrico (769.000); y de mama (685.000).

Apenas algunas instituciones, entre las que destacan el Consejo de Dentistas así como algunas sociedades científicas, como la SECIB (Sociedad Española de Cirugía Bucal) o la SEMO (Sociedad Española de Medicina Oral), entre otras, se ocupan de forma prioritaria de abordar, con sus recursos, a veces muy limitados, campañas que permitan concienciar a los pacientes sobre esta enfermedad.

Valga como primer punto, por tanto, esta llamada de atención a los poderes públicos y sanitarios para que cierren esa brecha entre los cánceres que más afectan a los españoles. Más aún cuando, si nos centramos en la tipología del cáncer de cabeza y cuello más frecuente, el carcinoma oral de células escamosa (más del 90 por ciento de los casos). Es 1) una lesión que tiene factores predisponentes bastante claros e identificados y ante los que se puede luchar, 2) es una lesión que se pude detectar pues la revisión es fácil de realizar, 3) sobre todo, si se hace por personal experto, entrenado y formado.

Como segundo punto de esta carta, poner de manifiesto la enorme influencia del diagnóstico precoz en la supervivencia esta enfermedad. Los estadios I y II tienen una supervivencia de más del 90% a los 5 años, mientras que otros estadios más avanzados, presentan una supervivencia mucho menor. Tanto, que la supervivencia media de todos los casos, a los cinco años, se sitúa en torno al 50%. Hagan cuentas.

Con estas cifras, parece lógico actuar en consecuencia, y defender, que la lucha para mitigar los efectos de esta enfermedad debe hacerse en una doble vertiente, a nivel del público en general, luchando contra con los factores de riesgo, pero también reforzando el diagnóstico precoz, formando y aumentando el número de personal especialmente entrenado (odontólogos). Daniel Torres Lagares. Presidente de la Sociedad Española de Cirugía Bucal.

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