Recomendaciones para evitar los ahogamientos

En el año 2016, fallecieron en España 439 personas por ahogamiento por sumersión accidental, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).  Además de los ahogamientos, todos los años se producen casos de traumatismos craneoencefálicos y lesiones medulares, generalmente provocadas por imprudencias, como tratar de zambullirse desde gran altura. En ocasiones, además, el consumo de alcohol u otras sustancias está asociado a estos comportamientos.

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad recuerda a los ciudadanos que los ahogamientos se pueden prevenir. En relación a esto, aconseja, como cada año, extremar las precauciones para prevenir ahogamientos y lesiones graves en medios acuáticos.

Las recomendaciones son las siguientes:

  • Que la piscina cuenta con las adecuadas medidas de seguridad como socorrista o cercado perimetral para que los niños pequeños no puedan acceder libremente.
  • La vigilancia de los menores es responsabilidad de los padres/tutor; mientras que la del socorrista es el salvamento acuático cuando sea necesario.
  • Vigilar en todo momento cuando estén en el agua o jugando cerca de ella, y no delegar esta responsabilidad en un niño más mayor.
  • Si no se sabe nadar o no se nada bien, utilizar un chaleco salvavidas para bañarse y usarlo siempre para practicar un deporte acuático. Los flotadores hinchables no son recomendables.
  • En la playa, respetar el significado de las banderas: nunca bañarse si está roja.
  • Bañarse en playas con vigilancia y respetar siempre las indicaciones de los socorristas.
  • No sobreestimar la condición física de cada uno ni la capacidad para nadar. En el mar, si uno se encuentra cansado o tiene dificultad para volver, nadar de espaldas moviendo las piernas solamente hasta llegar cerca de la orilla.
  • Bañarse siempre acompañado, sobre todo si se es una persona mayor o se padece algún problema de salud.
  • El consumo de alcohol antes del baño disminuye la capacidad de reacción ante un peligro y puede propiciar conductas que pueden poner en riesgo la salud.
  • Bañarse de noche es muy peligroso.
  • Tirarse de cabeza desde una gran altura, en lugares de poca profundidad o sin conocer si existe algún obstáculo en el fondo puede producir lesiones muy graves.

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