¿Qué es el ADN y cómo funciona?

Al dividirse las células, cada una de las nuevas lleva la misma información que de la que proviene

Victoria López Rodas. Catedrática de Genética

¿Dónde se almacena la información que permite que los organismos vivos realicen todas las funciones que necesitan para sobrevivir? ¿Dónde están los planos y las instrucciones de funcionamiento de los seres vivos?

La respuesta es sencilla: toda la información necesaria para el desarrollo de la vida se encuentra codificada en una molécula, el ADN.

Sin embargo, el ADN no es un ser vivo, del mismo modo que los planos de una casa no son la casa, aunque tengan toda la información necesaria para construirla.

La estructura química del ADN fue descubierta en 1953 por Watson y Crick, que lo describieron como una doble hélice, algo parecido a una escalera de caracol.

Las barandillas están formadas por cadenas de desoxirribosa (un tipo de azúcar) y ácido fosfórico. Y los peldaños de la escalera están formados por pares de bases nitrogenadas que se unen siempre de la misma manera formando parejas: la adenina con la timina (A = T) y la guanina con la citosina (G = C).

Este descubrimiento fue el primer paso para entender el funcionamiento de la vida, pero aún quedaban muchas incógnitas por resolver.

Una de ellas era cómo este ADN podía hacer una copia de sí mismo. Esto es fundamental, pues cada célula o cada individuo necesita su propio plano detallado.

El ADN puede replicarse (hacer copias de sí mismo). Para ello Ia doble hélice (la escalera de nuestra explicación) se abre por la mitad. A cada lado queda la barandilla y la mitad de un peldaño (una hélice) que sirven de moldes para hacer dos escaleras enteras igual a la primitiva.

Cuando las células se dividen, cada una de las nuevas células lleva la misma información que la célula de la que proviene.

Otra de las grandes incógnitas era cómo el ADN podía almacenar, transmitir y expresar la información que contiene.

Esta información se encuentra codificada en un peculiar lenguaje, almacenada en distintos trozos de ADN que denominamos genes.

Estos genes pueden ser cortos o largos (por explicarlo de alguna manera asequible, pueden contener palabras, frases o párrafos enteros) y a menudo se encuentran en el orden adecuado para su uso. Encontramos así genes reguladores (que son capaces de ordenar la información) y genes estructurales (que contienen la información).

Un ser vivo está construido principalmente por proteínas. Las proteínas son moléculas que tienen una labor estructural (serían los materiales con los que está construida la casa) o participan en los procesos metabólicos como enzimas que regulan las reacciones químicas necesarias para la vida (el agua, la electricidad, los electrodomésticos de la casa).

Las proteínas están formadas por la combinación de 20 aminoácidos diferentes.

Y las diferentes combinaciones de estos 20 aminoácidos pueden dar lugar a un número astronómico de proteínas diferentes.

El plano de un ser vivo es, en su mayor parte, el plano de las proteínas que lo constituyen.

La información del ADN está en un peculiar lenguaje que permite construir proteínas. El proceso de traducción de la información genética del ADN a proteínas es un proceso complejo donde interviene un intermediario: el ARN.

El código que permite descifrar la información genética codificada en las 4 bases del ADN (A, T, G, C) es un código de tripletes: las bases se agrupan en tandas de 3 en 3 (los tripletes del código genético). Los distintos tripletes codifican para distintos aminoácidos, y también para la iniciación y el fin de la proteína.

Gracias a eso la vida está llena de posibilidades, muchas de ellas aún por descubrir.

Tan solo 50 años después de que se descifrase la estructura de la doble hélice del ADN se consiguió secuenciar el genoma humano completo. Pero el plano de un ser humano es muy complejo: aún nos queda mucho para entender en su totalidad cómo funciona.

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