Cuánto tiempo esperar entre las dos dosis

Por Daniel Prieto Alhambra, profesor de farmacoepidemiología de la Universidad de Oxford (Reino Unido)

Con tres vacunas contra la Covid-19 disponibles de forma inminente, nos encontramos ante una disyuntiva: ¿hay que vacunar con dos dosis con tres semanas de diferencia, o vale la pena separar la segunda dosis hasta tres meses si esto nos ayuda a vacunar a más gente más rápidamente? Los argumentos son interesantes en ambos sentidos y, como resultado, distintos países tomarán distintas decisiones según su contexto. Me explico.

En primer lugar, la defensa de completar la segunda dosis de forma puntual a las tres semanas de la primera se basa en los datos disponibles de los estudios realizados con las vacunas mRNA hasta la fecha, donde más de 70.000 participantes recibieron un régimen de vacunación de 2 dosis separadas por 3 semanas, con vacuna activa comparada con placebo. Es fácil defender que, si se quieren hacer las cosas al pie de la letra, habría que dar ambas dosis tal y como se probaron en estos estudios. Existen al menos una dificultad y una incertidumbre a tener en cuenta con esta estrategia. La dificultad es que requiere el doble de dosis y el doble de recursos sanitarios en una situación en que no tenemos suficientes dosis para toda la población, en que el personal y centros sanitarios están exhaustos y muy ocupados, y en que el virus crece de forma exponencial en muchos países, acelerando la necesidad de vacunación en la población.

La incertidumbre surge del hecho de que los datos publicados no comparan con suficiente detalle la efectividad de distintos regímenes de dosificación. Los datos disponibles demuestran que a los 10-12 días de la primera dosis estas vacunas confieren una protección de alrededor del 50% contra la covid. Desgraciadamente, todos los estudios de fase 3 de vacunas mRNA (Pfizer-BioNTech y Moderna) hasta la fecha han administrado la segunda dosis a las tres semanas de la primera, haciendo imposible la evaluación de la efectividad de una sola dosis, o de dos dosis con más separación en el tiempo. Nos queda por tanto un “hueco” en el conocimiento científico, que habrá que resolver (¡oh la ciencia!) con nuevos estudios.

Sabemos algo más sobre las vacunas de adenovirus atenuados, entre las que se incluyen la vacuna de Oxford-AstraZeneca y la de Janssen. Vacunas para otras enfermedades de este mismo tipo se han estudiado con dosis separadas en 2-3 (o incluso más) meses, y muchos expertos consideran que esta es la mejor opción para generar mayor protección e inmunidad. De hecho, los datos publicados de la vacuna de Oxford-AstraZeneca incluyen diversos regímenes de dosificación, con más de la mitad de participantes vacunados con la segunda dosis más de 12 semanas después de la primera. Los datos no sugieren que la separación entre dosis en este caso afecten la seguridad o eficacia de esta vacuna.

Con todo esto en mente, los reguladores han tomado distintas decisiones, todas ellas válidas. Es importante tomar estas decisiones en base a la evidencia disponible, y a la vez teniendo en cuenta la situación actual en nuestra batalla contra la tercera ola de la pandemia en Europa. Ante la relativa escasez de dosis y de recursos sanitarios, y mientras se completan más estudios para resolver las dudas pendientes, es importante tener en cuenta los riesgos y beneficios de ambas estrategias. Varios comités de expertos en el Reino Unido han recomendado administrar una sola dosis al máximo posible de población en las próximas semanas, y el primer ministro británico ha puesto el objetivo ambicioso de vacunar a dos millones de personas por semana para tener vacunada a toda la población vulnerable a mediados de febrero. Otros países harán algo distinto. Es crucial que dotemos a la ciencia de las herramientas y los datos necesarios para evaluar el impacto de estas estrategias lo antes posible. Los reguladores han tomado decisiones distintas, todas válidas, valorando la evidencia científica y la situación de la epidemia

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