La inflamación crónica de las encías podría asociarse a demencia e ictus

Demencia e ictus son dos patologías neurológicas asociadas a la periodontitis, un nexo que parece desencadenado por la inflamación mantenida y que abre una vía a la prevención.

La periodontitis eleva 2,8 veces el riesgo de sufrir un ictus isquémico (no hay datos consistentes sobre el hemorrágico) y duplica la probabilidad de padecer la enfermedad de Alzheimer. Son datos extraídos de un informe científico elaborado al alimón por la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), que ha analizado la relación entre la periodontitis y las enfermedades neurológicas, en particular la enfermedad cerebrovascular y las demencias.

El documento, además de establecer una asociación epidemiológica entre la periodontitis y las dos enfermedades neurológicas, aporta los mecanismos biológicos que parecen sustentar esa relación y los estudios de intervención sobre el efecto del tratamiento periodontal como medida preventiva primaria o secundaria de ictus y demencia.

La periodontitis es una enfermedad crónica inmunoinflamatoria de etiología multifactorial, que se asocia a biopelículas de placa bacteriana disbiótica; se caracteriza por una destrucción progresiva de las estructuras de soporte del diente, como expone el documento. “En particular, esta patología cursa con inflamación gingival, formación de bolsas periodontales, y pérdida de inserción periodontal y de hueso alveolar de soporte. Si la periodontitis no se trata, puede dar lugar a la pérdida prematura de los dientes, lo que afectará tanto a la masticación como a la estética, generando un impacto negativo en la calidad de vida del paciente”, escriben los autores del consenso, elaborado por el Grupo de Trabajo SEPA-SEN.  Miguel Láinez, ha abundado en esa vertiente preventiva de la iniciativa. Láinez insiste en la importancia de las enfermedades neurológicas, desde el punto de vista de discapacidad: “Suponen alrededor del 50% de los días perdidos por discapacidad y afectan a más del 20% de la población española. Solo el ictus es la segunda causa de mortalidad global y la primera, en las mujeres”. Son datos suficientes para impulsar la salud cerebral, una línea en la que ya trabaja la Asociación Europea de Neurología y hacia la que nos estamos moviendo también desde la SEN”, ha argumentado. “No solo hay que tratar bien a los pacientes que tienen enfermedades neurológicas, sino conseguir que no se produzcan”, ha enfatizado el presidente de la SEN.

En esa prevención tiene cabida la higiene oral, afirmación sustentada en las evidencias científicas que aporta el documento.

La enfermedad periodontal es muy frecuente entre la población adulta: unos ocho de cada diez españoles tienen algún grado o tipo de enfermedad periodontal, según apunta de la SEPA.

Demencia, en un tercio de mayores de 80

Acerca de las demencias, Ana Frank, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, ha indicado que son muy prevalentes en España. “A partir de los 80 años, podría afirmarse que un tercio de la población reúne criterios clínicos de demencia, por lo que encontraremos más enfermedad a medida que aumenta la esperanza de vida”, ha advertido.

Por demencia suele entenderse un cúmulo de enfermedades, con una serie de denominadores comunes, entre los que la neuróloga ha destacado “la gran sobrecarga que supone para las familias y la sociedad” el despliegue de recursos necesarios para el cuidado de los pacientes. Pero también, otro denominador común entre muchas de las demencias es que se ven influidas por la salud general, por el estado general del organismo. “Independientemente de la causa de la demencia -ya sea de origen cerebrovascular o de causa desconocida- controlar los factores de riesgo de la patología cerebral vascular, e incluso cardiaca, influye mucho en la aparición de la demencia y su evolución”.

El tercer denominador común enumerado por Frank es que la potencial influencia de las “inflamaciones crónicas de baja intensidad, pero de gran persistencia”, un proceso que puede alterar diferentes órganos y sistemas del cuerpo. La especialista ha concretado que “si bien hace falta más evidencia científica, todo indica que sí hay una relación entre periodontitis y demencias. Si no se trata la enfermedad inflamatoria de las encías, la demencia se expresará probablemente de manera más agresiva o más precoz”, y, de nuevo, eso se traduce en una vía de prevención primaria y secundaria.

La neuróloga de La Paz ha matizado que, en la enfermedad de Alzheimer, la más conocida y prevalente de las demencias, aunque no se ha identificado la etiología, “se buscan otras causas concomitantes, como el mal metabolismo del colesterol o la inflamación crónica”. Además, en estudios de necropsias de los que fueron pacientes diagnosticados de Alzheimer se observa que no se encuentra la enfermedad de Alzheimer puro en el cien por cien de casos, sino que “en muchos, hay factores combinados que conducen a la demencia, entre los cuales está la patología cerebral vascular. Todo se interrelaciona, las inflamaciones crónicas mantenidas producen alteración, entre otros, de la vasculatura y el parénquima cerebral”.

Cascada que se inicia en la inflamación

El mecanismo en detalle lo ha explicado Yago Leira, periodoncista y coordinador del grupo de trabajo SEPA-SEN: “Hay estudios en modelos animales que muestran cómo en la periodontitis, las bacterias y sus productos tóxicos, las endotoxinas, pasan al torrente sanguíneo y generan una reacción inmunoinflamatoria”. Esa cascada contribuye al desarrollo de procesos neurodegenerativos involucrados en la disfunción cognitiva, “como son la neuroinflamación y muerte neuronal; la formación de placa seniles por depósitos de péptidos de beta amiloide, así como la aparición de ovillos neurofibrilares debido a la hiperfosforilación de la proteína tau”.

La asociación de la periodontitis y la patología isquémica comparte ese mecanismo inicial, y la bacteriemia y el estado de inflamación crónica de bajo grado generados “contribuyen a la aparición de disfunción endotelial; rotura de la barrera hematoencefálica, y activación de la microglía, lo que lleva a un estado protrombótico o de hipercoagulabilidad, e incluso a la ruptura de placas de ateroma”, ha aclarado Leira.

Además de la demencia tipo Alzheimer y del ictus isquémico, Leira ha expuesto que hay evidencias científicas sobre la influencia de la periodontitis en otras enfermedades neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y la cefaela-migraña, aunque no han sido objeto de estudio en este documento.

El número de ‘la bestia’

La asistencia de la enfermedad cerebrovascular en España se ha beneficiado enormemente de la extensión de las unidades de ictus y de las campañas de divulgación entre la población, entre otros elementos apuntados por José Vivancos, jefe de Neurología del Hospital Universitario de La Princesa, en Madrid. No obstante, ha subrayado la gravedad de esta enfermedad con unas cifras que remiten al número de la bestia: “Se produce un ictus cada seis minutos; una de cada seis personas sufre un ictus a lo largo de su vida, y seis de cada diez sufrirán una discapacidad o fallecerán por esa causa”.

El también miembro del grupo de trabajo SEPA-SEN ha retomado la clave positiva de la prevención. “La buena noticia es que son enfermedades [las cerebrovasculares] prevenibles. Es cierto que el factor de riego más importante es la edad, pero hay otras circunstancias que pueden controlarse y nos permiten envejecer mejor”, en alusión a los factores que atañen al estilo de vida, incluida la higiene bucal.

Por su parte, Ana Frank ha abogado por dos medidas de acción derivadas del informe que pueden adoptarse de inmediato: “Las clínicas dentales de España deberían conocer y difundir este informe, y, a través de la Sociedad Española de Neurología, vamos a insistir a todos los neurólogos en la importancia que tiene la salud periodontal en sus pacientes y, además, vamos a recomendarles que en todos sus informes de los pacientes (independientemente de la enfermedad neurológica que sufra) hagan constar consejos preventivos específicos sobre salud bucodental (insistiendo en el cepillado dental diario, la visita regular al odontólogo, entre otros)”.

Desde el punto de vista de los odontólogos Leira ha concluido que es “fundamental trabajar conjuntamente con los neurólogos, aportando una visión mucho más interdisciplinar al documento”. Sonia Moreno

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