Hay que extremar el control glucémico del paciente hospitalizado por COVID-19 con diabetes

Expertos de la Sociedad Española de Diabetes (SED) recuerdan que algunos tratamientos, como los glucocorticoides, pueden causar hiperglucemias.

 

La información disponible hasta el momento indica que las personas con diabetes tienen peor evolución de la COVID-19. “Los motivos no son conocidos, pero uno de los factores puede ser el grado de control glucémico durante la hospitalización”, apunta el Antonio Pérez Pérez, presidente electo de la Sociedad Española de Diabetes (SED).

Y es que el paciente con diabetes hospitalizado por COVID-19, además del estrés causado por la infección y de presentar otros factores habituales que pueden inducir su ingreso hospitalario y favorecer un peor pronóstico, acumula otros indicadores de riesgo. Por diferentes motivos, estas personas con diabetes están más expuestas a sufrir oscilaciones frecuentes y bruscas de su glucemia. Por ello, como han puesto de manifiesto expertos de la Sociedad Española de Diabetes (SED), en estos casos hay que extremar las precauciones y los controles.

En concreto, la persona con diabetes que se encuentra hospitalizada por la COVID-19 experimenta importantes excursiones glucémicas, fruto de factores tales como la utilización de glucocorticoides; además, debido a la magnitud de la pandemia, muchos de los profesionales sanitarios que están en primera línea de atención de estos pacientes se encuentran ante la dificultad añadida de aplicar protocolos de manejo de la hiperglucemia con los que están poco familiarizados y tienen una menor experiencia en el control de este trastorno que los especialistas en diabetes.

La diabetes es una de las comorbilidades más frecuentes en los pacientes hospitalizados con COVID-19, y supone un factor de riesgo de mal pronóstico: las personas con diabetes tienen más riesgo de complicaciones, ingreso en UCI y mortalidad.

Además del mal control glucémico, otros factores como la inflamación crónica de bajo grado, el aumento de la actividad de coagulación, el deterioro de la respuesta inmunológica y el posible daño directo al páncreas por el SARS-COV-2 podrían estar entre los mecanismos subyacentes que contribuyen al aumento de la morbimortalidad en las personas con diabetes.

 

En lo que respecta a la atención que se efectúa en las Unidades de Críticos de los episodios de hiperglucemia, el uso de insulina se establece para pacientes con diabetes conocida o con hiperglucemia con valores superiores a 180 mg/dl.

 

En las Unidades de Críticos, los pacientes en situación de shock, con mala perfusión periférica o que presentan importante edema son candidatos a control de la glucemia con insulina intravenosa en perfusión. El resto de los pacientes, reciben tratamiento con insulina subcutánea en régimen basal-corrección o basal -bolo-corrección, con controles cada 6 horas si están con nutrición parenteral o controles pre-prandiales si han comenzado con ingesta oral. El objetivo, es mantener unas glucemias preprandiales alrededor de 140 mg/dL y, en general, lograr valores de glucemia inferiores a 180 mg/dL.  I. Tous (sym)

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