¿Se puede hallar nuevos tratamientos para ictus y esquizofrenia?

En las células existen unas proteínas que se encargan de controlar que todo esté en equilibrio: limpian el interior de la célula barriendo hacia el torrente sanguíneo moléculas de desecho, que de acumularse podrían ser tóxicas. Y también, captan moléculas que circulan por la sangre y que la célula necesita. Estas proteínas que actúan como encargadas reciben el nombre de transportadores y se pasan el tiempo, como su nombre indica, transportando de dentro hacia afuera de la membrana celular, o al revés, muchas moléculas, entre ellas aminoácidos.

Para realizar esas funciones, las proteínas, conformadas por una ristra de aminoácidos, deben adquirir una estructura tridimensional. De producirse errores en esa secuencia de aminoácidos, comienzan los problemas de salud. El ictus, la esquizofrenia y los problemas cognitivos asociados al envejecimiento están relacionados, precisamente, con errores en la función de otras proteínas de membrana que reconocen neurotransmisores, como el aminoácido glutamato. El investigador Manuel Palacín del Institut de Recerca Biomèdica (IRB) de Barcelona y del Ciber de enfermedades raras, estudia transportadores de aminoácidos para averiguar su estructura  atómica y entender su función. “Si viéramos una silla, sabríamos de inmediato para qué sirve. Con los transportadores ocurre lo mismo”, explica Palacín. Se centran en un tipo de transportadores en las neuronas relacionados con el glutamato, un aminoácido crucial para el funcionamiento de las sinapsis de las neuronas.

Han visto que ictus, esquizofrenia y envejecimiento tienen en común errores en esos receptores de glutamato. “Entender cómo es la proteína y ver cómo funciona permitiría desarrollar nuevos fármacos dirigidos a ella, ya sea para activar o inhibir los receptores del neurotransmisor, en función de la patología, para tratar esos problemas cognitivos y/o neurodegenerativos”, señala Palacín. Cristina Sáez

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