“El cerebro del ser humano tiene un límite en el número de adversidades que puede llegar a superar”

Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943), miembro de honor de la Sociedad Española de Psiquiatría, es uno de los médicos españoles de mayor prestigio internacional. En Nueva York, donde fue el máximo responsable de los servicios de salud mental, tuvo un papel fundamental en la atención a las víctimas del 11-S. Afincado en EEUU hace más de 50 años, compagina su labor académica con la coordinación de profesionales de la salud pública.

¿Qué primera experiencia saca de esta pandemia?

Hasta ahora, todo nuestro pensamiento estaba en el futuro, y esto se ha resquebrajado. Y causa mucho estrés y angustia. Una de las características de esta pandemia es la imposibilidad de planificar, unido al sentimiento de vulnerabilidad.

¿Podremos volver a ser optimistas?

El optimismo tiene varios rasgos. Una persona optimista es aquella que tiende a localizar el centro de control dentro de sí misma. Está comprobado que quienes hacen esto ante una adversidad tiene más posibilidades de superarla. Otro rasgo del optimismo es confiar en que uno tiene las cualidades suficientes y la inteligencia para atajar un problema. Y el tercer rasgo, y más importante, es la esperanza, el pensar que lo que deseamos va a ocurrir. Esta pandemia va a pasar. Si entendemos el optimismo así, hoy podemos ser optimistas si uno piensa que puede hacer algo para superar la situación, si confía en si mismo y tiene esperanza.

Mucha gente ha perdido la esperanza…..

Un consejo general es que todo lo superamos. Si ya has superado otros situaciones difíciles en tu vida, esta vez también lo harás. Habla, comparte tus sentimientos, tu miedo… Hablar es muy importante, y, si no tienes a nadie, habla contigo mismo. Hemos tenido epidemias antes y la humanidad las ha superado. Una enseñanza que nos deja esta situación es que si alguien tenía sentimientos de invulnerabilidad éstos van a desaparecer durante mucho tiempo. Así ocurrió con el 11-S. Luego vamos a tener recuerdos que no podremos olvidar y que se conectarán siempre con la pandemia. El estrés sufrido es muy importante pero la naturaleza humana está hecha para superarlo: dentro de tres o cuatro años lo vamos a ver de otra forma, pero no lo olvidaremos.

Estrés, ansiedad, depresión….

Hablaremos de estrés postraumático, que es muy dañino, física y mentalmente. El estrés puede dar lugar a depresión, ésta a la pérdida de esperanza y ésta a los suicidios. Los políticos tienen la obligación de facilitar el apoyo al ciudadano- En ocasiones el estrés te invade y te resta ganas de vivir, por eso la actuación preventiva es fundamental.

¿La ciencia ha fallado en esta crisis?

Sí. La epidemia nos ha cogido desprevenidos: no sabemos si el que se infecta puede volver a infectarse, no tenemos vacuna ni antiviral efectivo, no conocemos los posteriores efectos del virus en los humanos, cada día nos sorprendemos con efectos imprevistos, …. Todo esto acrecienta la incertidumbre, el sentido de vulnerabilidad, el estrés. Y se resquebraja el sentido de futuro. En estos casos la información es muy importante, siempre que sea fiable y entendible.

Antes he hablado de suicidios. El suicidio es un tabú absoluto. Es más fácil decir que uno murió de cualquier cosa que de una muerte elegida. Para la sociedad el suicida es el que tira la toalla de forma trágica e irreversible. Sin embargo, España es uno de los países con índices más bajos del mundo.

Muchas veces se tiene la impresión qué para ser fuertes tienes que haber pasado por grandes conflictos, tragedias o desastres, pero eso no es así. Lo que ocurre es que de la adversidad a menudo aprendemos algo que no sabíamos de nosotros mismos, lo que en el campo de la salud mental se llama crecimiento postraumático. El dolor, la tragedia no te hacen mejor persona. El dolor puede ser terrible, pero si luchas contra el dolor puedes aprender algo. En cualquier caso, el cerebro del ser humano tiene un límite en el número de adversidades que puede llegar a superar. David Lema (EM)

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