Investigadores describen cómo la COVID-19 altera el sistema inmunológico

El sistema inmunológico reacciona de forma exagerada al coronavirus, desencadenando una respuesta inmune innata aberrante que se caracteriza por inflamación sistémica, coagulación sanguínea intravascular y daño al sistema cardiovascular.

Es conocido que el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada al coronavirus, desencadenando una respuesta inmune innata aberrante que se caracteriza por inflamación sistémica, coagulación sanguínea intravascular y daño al sistema cardiovascular. Al respecto, un equipo de investigadores dirigido por la profesora de inmunología Anne Krug, del Centro Biomédico (BMC) de la Universidad Ludwig-Maximilians-Munich, ha llevado a cabo un estudio exhaustivo de este fenómeno.

En el trabajo publicado en ´PLOS Pathogens´ después de la infección con SARS-CoV-2, el número de células inmunitarias, conocidas como dendríticas (CD), en la circulación disminuye, mientras que la funcionalidad de la fracción restante se ve afectada. Los autores creen que esto podría hacer que los pacientes sean más susceptibles a infecciones secundarias durante e inmediatamente después de la recuperación de un episodio de COVID-19. Las células dendríticas son responsables de iniciar respuestas inmunes contra patógenos invasores, activando las células T auxiliares que, a su vez, estimulan a las células B para que secreten anticuerpos dirigidos contra el invasor.

Efectos del coronavirus

Krug y sus colegas se propusieron determinar los efectos de la infección por coronavirus de moderada a grave en este proceso. Analizaron muestras de sangre obtenidas de 65 pacientes con COVID-19 que habían sido tratados en el Centro Médico LMU. Descubrieron que había menos CD en estas muestras que en la sangre de controles sanos. Además, las CD aisladas de la sangre de los pacientes mostraron una capacidad reducida para activar las células T.

A pesar de ello, a los 15 días del diagnóstico, el 90% de estos pacientes habían generado anticuerpos dirigidos contra la proteína pico del SARS-CoV-2, y muchos de ellos también habían activado una respuesta de células T. “Estas respuestas son el sello distintivo de una sólida reacción inmunitaria contra el virus por lo que el descenso del número y la reducción de la funcionalidad de las DC no parece tener un impacto negativo en la respuesta inmunitaria al coronavirus en sí“, a criterio de la investigadora Krug. Lo que si es posible, en opinión de estos investigadores es que “esto haga que el sistema inmunitario reaccione con menos fuerza de la esperada a las infecciones bacterianas o a otras infecciones víricas tras la recuperación de COVID-19, pero esta posibilidad requerirá más investigación clínica“.

La COVID-19 se asocia a menudo con reacciones inflamatorias llamativas, por lo que el fenómeno podría formar parte de un intento de regular a la baja los procesos inflamatorios. Las células dendríticas podrían migrar de la sangre a los tejidos inflamados, como el pulmón, lo que podría explicar el descenso del número de DC en la circulación. “Sin embargo, también descubrimos que la regeneración de las células dendríticas se retrasa“, señala Krug.

Los autores del estudio creen que este fenómeno podría debilitar la capacidad de los pacientes para organizar respuestas inmunitarias eficaces frente a otros patógenos durante una infección sintomática por COVID-19 y en el período inmediatamente posterior. El equipo estudiará ahora esta cuestión con el fin de determinar si los efectos del SARS-CoV-2 en las CD desempeñan un papel en la COVID-19 a largo plazo. J.S. Ll.

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