Un control adecuado de la diabetes tipo 2 reduce de forma drástica el riesgo de complicaciones cardiovasculares

El paciente debe tener un rol activo en el cuidado de su salud y llevar un seguimiento junto a su equipo médico.

Las personas con diabetes tipo 2 tienen mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares. “En muchos de estos pacientes el riesgo de mortalidad es similar al de las personas sin diabetes que han sufrido un infarto de miocardio, y este riesgo se triplica entre aquellos con diabetes que han padecido un infarto”, señala Antonio Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED).

“Esto se debe al efecto de la hiperglucemia sobre el sistema circulatorio por mecanismos aún no bien conocidos pero claramente relacionados con la duración de la enfermedad y el mal control glucémico, la inflamación sistémica y el estado protrombótico presentes en las personas con diabetes”, declara este experto, que también destaca como factor de riesgo cardiovascular en esta población la obesidad abdominal, la elevación ligera de los triglicéridos y la disminución del colesterol HDL, así como el mayor efecto de otros como el tabaquismo o la hipertensión arterial.

Por tanto, “entre los pacientes con mal control de la enfermedad son más frecuentes la insuficiencia cardíaca, la cardiopatía isquémica (angina de pecho e infarto), ictus y arteriopatía periférica, además de las complicaciones microvasculares, que pueden afectar a la retina o el riñón, provocar neuropatía (con riesgo de úlceras en el pie y de amputación) e insuficiencia renal, sin olvidar la enfermedad periodental”, afirma Javier Díez, presidente de la Fundación redGDPS.

Sin embargo, “el tratamiento adecuado y precoz de la hiperglucemia y de los factores de riesgo cardiovascular reduce de forma drástica el riesgo de desarrollar estas complicaciones”, explica Antonio Pérez, que subraya que la prevención y el diagnóstico precoz de la diabetes tipo 2, considerada una enfermedad silenciosa, resultan esenciales para mejorar el pronóstico de estos pacientes.

En la misma línea, Javier Díez ve fundamental “la adherencia a las recomendaciones de alimentación y ejercicio, dejar de fumar o los cuidados básicos, así como el cumplimiento del tratamiento farmacológico cuando éste sea necesario”. Este control de la enfermedad, en el que debe estar implicado el propio afectado, ha sufrido además el impacto de la Covid-19.

El compromiso en el cuidado de la propia salud

Tal como apunta el presidente de la SED, la participación y compromiso del paciente en su autocuidado es esencial no solo para mejorar el control de la enfermedad, sino también para reducir las complicaciones y el gasto sanitario, y mejorar la adherencia terapéutica y la calidad de vida. “Para ello, es fundamental que todos los pacientes reciban educación sanitaria adaptada a sus circunstancias, para dotarles de los conocimientos y las habilidades que les capaciten para asumir el autocuidado y autocontrol de su enfermedad”, señala. La comunicación adecuada con el equipo médico también es determinante para conseguir mejores resultados.

“A las asociaciones llegan muy poco informados, sobre todo tras el diagnóstico”, explica Mercedes Maderuelo, gerente de la Federación Española de Diabetes, que resalta la importancia de la educación diabetológica: “es clave para tener bien controlada la patología, lo que implica menos riesgo de complicaciones y mayor calidad de vida”, insiste. Una de las medidas para promover la información sobre esta enfermedad son las campañas de concienciación como ‘Es Diabetes Es tu Vida’ de la Alianza por la Diabetes, de Boehringer Ingelheim y Lilly, que busca transmitir la conexión entre la diabetes tipo 2 y los sistemas cardiovascular, renal y metabólico y cómo su buen control puede ayudar a prevenir posibles complicaciones. En ese sentido, según el presidente de la Fundación redGDPS, este tipo de iniciativas deben sensibilizar a la población general sobre la importancia de prevenir la diabetes con hábitos de vida saludables; mejorar la educación sanitaria de pacientes y familiares y de este modo favorecer la adherencia; promover la formación entre profesionales sanitarios; y que el mensaje sobre la importancia de dedicar recursos a prevenir, tratar y seguir esta patología alcance a los políticos y gestores. J.S.LL. Madrid.

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