Un 20% de los ictus son causados por una fibrilación auricular

Si este tipo de arritmia no se detecta y se trata correctamente puede producir serias complicaciones

Una de cada diez personas mayores de 40 años padecerá FA durante el resto de su vida y un 75% no lo sabrá

Sofía Larrucea

Según datos publicados por la revista internacional Lancet, en Europa se producen unos 134.000 ictus al año y causan la muerte de 42.000 personas. ¿Lo más sorprendente? Un 20% de esos ictus seguramente se podrían haber evitado si se hubiese tratado la Fibrilación Auricular que los causó (FA). “Se estima que al menos un 20% de los infartos cerebrales son producidos a causa de una FA”, afirma Jose Luis Zamorano, jefe de servicio de cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y presidente Global Affairs de la Sociedad Europea de Cardiología.

¿Qué es una Fibrilación Auricular (FA)?

La FA es una alteración del ritmo cardiaco producida por una activación eléctrica rápida y desorganizada de las aurículas. Es la arritmia más prevalente en la práctica clínica, una de cada diez personas mayores de 40 años la padecerá durante el resto de su vida y es un problema que va asociado a la edad avanzada. A pesar de ello, se trata de una enfermedad que está muchas veces infradiagnosticada. “Algunas personas pueden padecer dicha afección sin saberlo debido a que no sienten ningún síntoma”, apunta el especialista Zamorano. Algo alarmante ya que, si esta afección no se trata, puede provocar diferentes complicaciones cardiacas o un ictus, por ejemplo. Afecciones que no hay que olvidar que pueden prevenirse. “La FA es una enfermedad que puede detectarse de manera sencilla con un electrocardiograma”, añade el cardiólogo.

Su tratamiento tampoco es algo complicado. Para restablecer el ritmo cardiaco normal, actualmente los especialistas cuentan con tres vías. Una es la farmacológica, otra es la cardioversión eléctrica (reservada normalmente para casos de urgencia) y, por último, la ablación de las venas pulmonares, único tratamiento considerado como definitivo. Existen diversas formas de energía para realizar dicha ablación, como es la radiofrecuencia o el frío. Esta última técnica, conocida también como crioablación, recientemente ha demostrado ser más sencilla que la radiofrecuencia. La técnica del frío consiste en utilizar un balón de doble cámara. Sobre este se hace recircular óxido nitroso que congela el punto crítico de la unión de las venas con la aurícula izquierda, todo mediante una aplicación de 240 segundos a una temperatura media de -50º C. Asimismo, la lesión generada por frío, a diferencia de la del calor, no produce proliferación de fibroblastos, por lo que consigue minimizar las complicaciones potenciales. “No podemos prevenir que la FA aparezca con el paso de los años, lo que sí podemos evitar, siempre y cuando detectemos la enfermedad y la tratemos, que esta cause complicaciones como el ictus”, concluye el especialista Jose Luis Zamorano.

También te podría gustar...