Sobrepeso, estrés y tabaco: principales enemigos de la fertilidad

Las parejas que comienzan a buscar un embarazo tienen un 20% de posibilidades de conseguirlo en el primer mes. Este porcentaje sube hasta el 80% al cabo de un año. El 20% restante, pasado este tiempo, ha de plantearse que hay algo que no funciona bien, si bien es cierto que en el segundo año más de un 10% de estas parejas conseguirán un embarazo de forma espontánea y sin tratamiento.

El 10% del total que resta, y que no ha logrado el embarazo en dos años, “son las parejas que catalogamos como estériles”, aunque cabe advertir que algunas de ellas conseguirán el embarazo, de forma espontánea, en los cincos años siguientes”.

Una de las principales causas que pueden dificultar el embarazo es la frecuencia y técnica de las relaciones sexuales. La frecuencia coital óptima se estima en una vez cada dos días, con una probabilidad máxima en el día de ovulación. Sin embargo, la programación y falta de espontaneidad en las relaciones pueden actuar negativamente. Un exceso de relaciones sexuales suele conducir a un semen pobre, que no tiene tiempo de recuperarse y, por tanto, disminuye sus capacidades fecundantes.

Otro factor que podría influir es el peso, tanto la obesidad, como la delgadez. Personas que sobrepasan un índice de masa corporal de 30, o que están por debajo de 20, presentan tasas disminuidas de fertilidad, por ello, ante cualquier tardanza en conseguir el embarazo, sería aconsejable normalizar el peso.

El estrés es otro de los puntos críticos. Aunque no disponemos de medios fiables para valorarlo de forma objetiva, numerosos estudios coinciden en presentarlo como un factor importante. Luchar contra estas situaciones resulta complicado; en algunos casos será necesaria la ayuda psicológica y se precisará retrasar la llegada de un embarazo

Sustancias tóxicas y entorno

Otro de los factores en contra, a la hora de lograr un embarazo, es el tabaco,que posee más de 2000 sustancias tóxicas y los daños que causa son acumulativos y, en muchos casos, irreversibles. El riesgo relativo de sufrir esterilidad en las mujeres fumadoras aumente entre 1 y 1,35%, pero además se incrementan las posibilidades de padecer otros trastornos reproductivos, como es el caso de la menopausia precoz.

La contaminación y los tóxicos ambientales son también culpables. Sustancias como disolventes, diversos pesticidas, benzol y derivados, dioxinas y mercurio, plomo o cadmio son potentes contaminantes. Del mismo modo, el alcohol y la cafeína pueden repercutir en la fertilidad.

Es muy importante también realizar ejercicio físico moderado y de forma habitual, ya que influye notablemente en todas las funciones corporales, incluida la fertilidad.  Las claves para una mejor salud reproductiva se resumirían, por tanto, en mantener una alimentación sana y practicar ejercicio aeróbico suave, además de evitar, en la medida de los posible, todos los factores anteriormente nombrados.

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