¿Se pueden eliminar los reservorios de VIH?

Después de 40 años de pandemia, el VIH continúa siendo una enfermedad infecciosa incurable. Las terapias antirretrovirales permiten mantener el virus bajo control, pero no eliminan la infección. Esto se debe a que, en las etapas iniciales del contagio, antes de que la persona sea diagnosticada y comience un tratamiento, el virus penetra en determinados tejidos y células del organismo, se esconde y se vuelve completamente invisible para el sistema inmunitario. También para los fármacos.

En esos escondites, que se encuentran mayoritariamente en órganos linfoides y mucosas, donde se concentran las células inmunitarias diana del virus, los linfocitos CD4, el VIH entra en latencia. Pero, en ocasiones, y a pesar de estar tomando tratamiento, esos reservorios virales se reactivan y las células comienzan a producir virus. “Siempre nos habíamos preguntado por qué el sistema inmunitario no reconoce a las células infectadas que reactivan el virus y no las elimina”, apunta María José Buzón, responsable del laboratorio de investigación traslacional del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR). “Sabemos que, durante las primeras fases de la infección, el virus agota al sistema inmunitario, que a partir de ese momento deja de funcionar bien”, dice. Buzón y su equipo están desarrollando un proyecto en que trabajarán con muestras de tejido cervical del tracto genital, tejido gastrointestinal y amígdalas que infectarán con el VIH, inducirán la latencia del virus y tratarán con antirretrovirales para emular lo que sucede en el organismo. “El objetivo es encontrar moléculas que modulen el sistema inmunitario en los principales reservorios del virus y que podamos usar de diana para revertir ese agotamiento del sistema inmunitario. Estas nuevas aproximaciones se podrían usar en conjunto con fármacos que reactiven la latencia viral para así poder eliminar la infección del VIH”, señala Buzón. Cristina Sáez

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