Recordemos nuestros derechos como pacientes

Paciente: m. y f. Persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica

Cuando hablamos de pacientes, a menudo hablamos en tercera persona, como si fuera algo ajeno a nosotros o a nuestro entorno. Algo que es difícil pensar si tenemos en cuenta que en España hay 2,5 millones de personas que sufren una enfermedad inmunológica; más de 5 millones de personas tienen migraña; cada año entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus y lidian ahora con el efecto la espasticidad; o las 100.000 personas por año a las que se le detecta un cáncer en nuestro país.

Este hecho sumado a que es una realidad por la que todos en un momento u otro vamos a pasar, debería invitarnos a pensar en este día, o en cualquier otro, a reflexionar y empatizar con ellos, con nosotros.

Alguna vez, hemos pensado por qué un paciente con una enfermedad inmunológica, como la colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, artritis reumatoide o dermatitis atópica, llega a la consulta con su equipo médico con el que ha compartido muchas horas, días e incluso años de relación y olvida las preguntas, o incluso se olvida de lo que le iba a decir, o de lo que este le explica sobre su tratamiento. ¿Hemos pensado por qué lo que lleva toda la semana recordando contarle, se le olvida? La gran mayoría, en algún momento, ha descartado hacerlo por miedo a que su pregunta no fuera lo suficientemente relevante o porque no hubiera tiempo suficiente para hacerlo, algo que no debería ocurrir ya que es nuestro derecho y obligación estar informados y contar con la información necesaria para poder participar en las decisiones relativas a nuestra salud.

La razón es sencilla, porque además de la alteración física y biológica, hay una serie de emociones que acompañan el viaje del paciente y que muy probablemente no sepamos reconocer: miedo, incertidumbre, estrés, ansiedad…

Hoy es un buen día para recordar los grandes aliados que tienen los pacientes. Ni él, ni su entorno están solos, hay unos grandes equipos de profesionales que nos acompañan en este camino: enfermeras, médicos, farmacéuticos, celadores, asociaciones de pacientes, entre otros, que ponen su tiempo y su conocimiento a nuestra disposición para que con su ayuda podamos ser pacientes informados, corresponsables, que tomamos decisiones conjuntas con nuestro médico sobre nuestra enfermedad, nuestros tratamientos y nuestra forma de gestionarla como un equipo. Decisiones basadas en la repuesta clínica del paciente, porque cada paciente es diferente y por tanto cada tratamiento debe ser elegido en cada caso.

Se ha demostrado que el acceso a los tratamientos con equidad, bajo criterios clínicos y con el compromiso de un paciente informado, son factores determinantes si queremos un uso adecuado de los recursos del Sistema Nacional de Salud y aspiramos a tener una población más sana, comprometida y activa.

El pasado 18 de abril se celebró el Día Europeo de los Derechos de los pacientes y este año se cumplen 20 años de la elaboración de la Carta Europea de Derechos del Paciente, suscrita por 11 países (España, entre ellos). Es, por tanto, un buen momento para recordar que la salud es un compromiso de todos y es, sin duda, una de nuestras tres prioridades vitales. Un paciente informado y satisfecho es más adherente con su tratamiento, algo que también contribuye a la eficiencia y mejor uso de recursos del Sistema Nacional de Salud. Belén López

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