¿Qué diferencia existe entre la Depresión Posparto y el “Maternity Blues”?

Después del parto puede aparecer el ‘Maternity Blues’. Son sentimientos de tristeza transitoria, nerviosismo, inseguridad y preocupación. Si estos síntomas persisten o se agravan, es aconsejable consultar con un profesional para descartar una depresión posparto.

El ‘Maternity Blues’ o disforia posparto es un estado emocional de tristeza que puede aparecer entre el tercer y el quinto día después del parto. Lo presentan el 70% de las madres debido a los importantes cambios biológicos que se producen antes, durante y después del parto y el esfuerzo para adaptarse a los nuevos hábitos de la maternidad como la lactancia, el vínculo con el bebé y sus cuidados. Los síntomas del ‘Maternity Blues’ pueden ser muy variables, des de tristeza, llanto fácil, preocupación por el cuidado del bebé, inseguridad o ansiedad. “Puede ser normal tener tristeza. De hecho, tener un hijo, sobre todo el primero, es un cambio vital muy importante”, asegura la Dra. Susana Andrés, psicóloga clínica del Hospital Clínic de Barcelona.

Normalmente, estos síntomas desaparecen de forma espontánea antes de dos semanas. Sin embargo, en un 20-25% de las mujeres se mantienen los síntomas o incluso aumentan su intensidad. En caso de que estos síntomas persistan se debe pedir ayuda profesional, ya que puede tratarse de una depresión posparto.

El tratamiento actual de la depresión posparto 

El tratamiento de las enfermedades mentales durante el embarazo y la lactancia es complejo. La depresión posparto precisa de una intervención multidisciplinar. Se debe hacer un plan individualizado para cada paciente, basado en las evidencias científicas y en las necesidades de la madre.

Por un lado, existe el tratamiento psicológico, centrado en la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia interpersonal, que han demostrado eficacia en la enfermedad. Por otro lado, está el tratamiento farmacológico, más temido entre las pacientes por los posibles efectos secundarios. Aun así, durante los últimos 30 años se han recogido datos que sugieren que los fármacos recomendados en la depresión posparto pueden utilizarse de forma segura durante la lactancia. La Dra. Alba Roca, psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Clínic, apunta que existen tratamientos de los que se puede valorar su indicación en el embarazo, “justamente para prevenir todas estas complicaciones que puede haber por una depresión no tratada, tenemos muchos fármacos compatibles con la lactancia. Por lo tanto, suspender o no la lactancia en el posparto, debe depender más del estado y los deseos de la madre, que no por el fármaco en sí”.

Tratamientos experimentales

Existen también nuevas terapias como la brexanolona, un fármaco intravenoso específico para el tratamiento de la depresión postparto que aún no ha sido aprobado ni comercializado en España. Una de las características principales de la brexanolona es la rapidez de acción, ya que se nota mejoría a partir de las 48-60 horas de administración. Pero hay inconvenientes, como el coste, la administración por vía endovenosa y en régimen de hospitalización.

En definitiva, los trastornos mentales perinatales son más frecuentes de lo que se piensa, pero tienen tratamiento. La depresión postparto supone todavía un reto para la medicina, ya que presenta complicaciones especiales debido a la limitación del uso de medicación para no afectar al feto o al bebé lactante. Sin embargo, la seguridad de los nuevos fármacos y las terapias no farmacológicas en desarrollo suponen una nueva vía de posible tratamiento de este problema, que afecta a miles de mujeres cada año.  L.D.B./ M.T.T. (SyM)

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