Ocho consejos para preparar tu viaje de verano con las máximas garantías de salud

REDACCIÓN S Y M.-En el mes de agosto de cada año es cuando se genera el mayor número de desplazamientos vacacionales. Si bien las vacaciones de verano son sinónimo de diversión y bienestar, no debemos olvidar los aspectos relativos a la salud durante la preparación de las mismas.

Los especialistas de primaria insisten en que siempre que se abandona el entorno habitual se deben tener en cuenta los aspectos médicos, pero este hábito adquiere aún mayor importancia cuando viajamos a lugares exóticos tales como África, Asia o Centroamérica, debido a que las condiciones ambientales e higiénicas son muy distintas a las de Europa.

“Los preparativos sanitarios y asistenciales son tan importantes como cualquier otro aspecto del viaje. Especialmente cuando viajamos a destinos muy diferentes a nuestro lugar de origen debemos tomar las precauciones necesarias para proteger nuestra salud y minimizar el riesgo de contraer enfermedades transmisibles”, apunta Carlos Zarco, médico especialista en medicina tropical.

Por ello, se insiste en 8 consejos útiles para viajeros con el fin de evitar los dos riesgos principales que existen a la hora de emprender un viaje. “Por un lado están los derivados del propio viaje, pero por otro, no debemos olvidar los relacionados con las enfermedades preexistentes en la persona”, señala Zarco, haciendo referencia a las patologías crónicas. Entre las recomendaciones que hace la fundación destacan:

  1. Conocer el destino. Es esencial conocer las condiciones del lugar al que vamos a viajar. Debemos pensar en el clima, las condiciones y costumbres de higiene, el saneamiento de los edificios y las aguas residuales, posibles especies venenosas y los principales peligros a los que nos exponemos, entre otros factores.
  2. Conocer medidas sanitarias específicas. En muchas ocasiones es recomendable vacunarse o tomar cierta medicación antes de viajar a destinos con alto riesgo de contagio de enfermedades transmisibles por la exposición a factores distintos a nuestro entorno como, por ejemplo, diversos mosquitos o insectos. Se recomienda acudir a un centro especializado con 6 u 8 semanas de antelación.
  3. Informar a tu médico. Siempre es conveniente informar a nuestro médico habitual, especialmente si tenemos algún tratamiento específico puesto que en ciertos casos es necesario presentar un informe clínico para poder viajar con el medicamento sin que éste sea requisado en el aeropuerto o la aduana. Además, es necesario viajar con la cantidad suficiente del tratamiento, por lo que puede ser necesario obtener recetas antes de emprender el viaje.
  4. Dotarse de un botiquín básico. Preparar un neceser con material de cura, desinfectante, tiritas, loción anti-picaduras de mosquitos dependiendo de la zona, termómetro y algún analgésico, ya que no en todos los países podemos conseguir los mismos medicamentos que en España o quizás no sepamos cómo hacerlo.
  5. Conocer la cobertura sanitaria. Es imprescindible saber cuál será la cobertura sanitaria que tendremos en el destino elegido. Normalmente si viajamos fuera de Europa es recomendable contratar un seguro de viaje que nos cubra todas las necesidades médicas que puedan surgir, ya sean visitas médicas, obtención de medicamentos o incluso aspectos más graves como operaciones o ingresos hospitalarios.
  6. Especial atención al agua. El agua es una de las principales fuentes de contagio por lo que es imprescindible conocer las condiciones de la misma en cuanto a calidad y potabilidad. Si bien es necesario mantenerse bien hidratado durante el viaje, es recomendable beber agua siempre embotellada y evitar los hielos, así como los baños en agua dulce, puesto que puede tratarse de agua contaminada.
  7. Cuidado con los mercados callejeros y la comida local. A pesar de ser una de las partes más atractivas del viaje, la gastronomía puede convertirse en una pesadilla si no se toman las precauciones necesarias. El sistema digestivo es uno de los más sensibles a los cambios por lo que es conveniente conocer, en la medida de lo posible, las condiciones de aquello que vamos a ingerir. Evitar la carne y el pescado crudo, el huevo o pelar nosotros mismos la fruta son la mejor opción para evitar la gastroenteritis u otros virus estomacales.
  8. Tener en cuenta la vestimenta.  Del mismo modo que nos cuidamos por dentro, hemos de hacerlo por fuera. Por ello, si vamos a estar expuestos al sol durante muchas horas, debemos protegernos con sombrero y gafas de sol además de utilizar crema solar. Del mismo modo, tenemos que llevar el calzado óptimo para el tipo de viaje que vayamos a realizar y si fuese necesario, incluir una mosquitera que nos permita cubrirnos a la hora de dormir o descansar.

Cada caso es distinto y cada persona requiere de unas necesidades diferentes, por lo que es muy importante acudir a centros especializados para obtener una atención personalizada.

En este sentido, la Clínica de Atención Integral al Viajero de la cooperativa Assistència Sanitària, ofrece a los asegurados asesoramiento en los aspectos sanitarios a la hora de emprender un viaje, como la adecuación de medicación crónica ante cambios de horarios, posibles vacunas necesarias y otras precauciones que ayudan a reducir riesgos para la salud.

Por su parte, otra compañía de asistencia, el Servicio Medicina del Viajero y Vacunación Internacional del Grupo ASISA proporcionan consulta médica previa al viaje, orientación e información al viajero, vacunación específica para el destino y su área de riesgo, actualización de vacunas rutinarias, así como seguimiento posterior al viaje.

 

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