Los tratamientos siguen su carrera aunque haya vacunas

Los anticuerpos lideran las terapias que se investigan contra la covid

Como en toda enfermedad nueva, un gran obstáculo en la epidemia de covid ha sido la falta de tratamientos, ya no específicos, sino medianamente eficaces. Al tener vacunas, se plantea si estas han ganado ya la carrera de la investigación. ¿Harán innecesarios los tratamientos? Los científicos dicen que no y continúan los estudios.

Las vacunas se han conseguido en menos de 10 meses, seguramente antes de lo que muchos preveían. Y las de las farmacéuticas Pfizer/BioNTech y Moderna, según los ensayos, tienen una elevadísima eficacia (95%). Estas inyecciones evitan sufrir la covid de forma grave y moderada. Así que harían casi innecesario tratar la enfermedad.

Bonaventura Clotet, director de enfermedades infecciosas del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y de la Fundación Lucha contra el Sida, indica que “la vacunación será seguramente una respuesta eficaz contra la pandemia”. Pero cree que los tratamientos “la complementarán, se podrán usar en paralelo”.

Según él, porque las terapias se necesitarán mientras las vacunas no lleguen a todo el mundo (ya ha habido limitaciones de producción o suministro) y surtan efecto. Servirán para personas que no puedan vacunarse; si las inyecciones no son todas igual de eficaces ni en todos los grupos de población y edades; si su efecto tiene una duración limitada y si el virus sigue activo mucho tiempo y genera variantes o resistencias (aunque podrían afectar a las vacunas y a los tratamientos). Aún cuando acabe la epidemia, el SARS-CoV-2 puede seguir causando infecciones graves. Por ello, el médico sostiene que se debe continuar investigando.

Lo mismo piensa Nuria Verdaguer, directora del Institut de Biologia Molecular de Barcelona (IBMB -CSIC), quien señala que los avances podrán servir además para otras infecciones. La vacuna no habría ido tan rápido si la investigación hubiera partido de cero. Verdaguer cree que se ha hecho un mayor esfuerzo inversor en buscar vacunas que tratamientos.

Aun así, la investigación de terapias es extensa, bajo la presión del gran número de enfermos. Estas son las líneas principales:

ANTICUERPOS NEUTRALIZANTES

Son el eje de las terapias específicas contra la covid. Cuando se infecta, el organismo genera anticuerpos para neutralizar el virus que evitan que se replique. La vacuna también los activa. Y este tipo de tratamiento inyecta anticuerpos en el organismo para acelerar y reforzar su respuesta, para parar la infección, impedir que se agrave. Trascendió el ensayo de esta terapia cuando se le dio a Donald Trump, pero va evolucionando. Se empezó usando suero de convaleciente, plasma de personas que han pasado la infección (se usa también de personas sanas, que fabrican anticuerpos contra virus comunes). Esa perfusión se ha ido sofisticando. La última fórmula es la terapia que la farmacéutica catalana Grifols ensayará en el área metropolitana norte de Barcelona (junto a otros centros científicos).

“Vamos a ensayar una inmunoglobulina (Ig) hiperinmune que potencia diez veces los anticuerpos del plasma de convaleciente”, explica Clotet, quien, junto a Oriol Mitjà, infectólogo de su equipo, dirigirá desde este febrero el ensayo en 800 personas. Los anticuerpos (de distintos donantes que han pasado la covid) se seleccionan y concentran para activar al máximo su eficacia y atacar distintas partes del virus ­–por eso se llama terapia policlonal, frente a la monoclonal, que combate solo una parte del virus, en general, la proteína S–. Esos anticuerpos se convierten en un fármaco que se administrará por inyección subcutánea, frente a la infusión intravenosa aplicada en EE.UU. Así podría usarse más fácilmente en los CAP, en urgencias de hospitales o hasta en residencias, para evitar hospitalizaciones, indica Clotet. Espera resultados del estudio para mayo.

Grifols también tiene Ig ya aprobadas contra otras dolencias, que se prueban asimismo para tratar la covid en España y EE.UU., en pacientes hospitalizados y de las ucis, detalla Antonio Páez, director médico de la compañía.

También las compañías Regeneron y Eli Lilly crearon terapias de anticuerpos monoclonales, ambas autorizadas de urgencia (se usan, pero siguen en estudio) en EE.UU. Ese país las quiere extender: ha

encargado dosis de ambas compañías por valor de 3.500 millones

de ­euros, informó Bloomberg. Alemania ha comprado asimismo 200.000 dosis por 400 millones. Lilly ha pedido ya la aprobación de su terapia en la Unión Europea, apunta José Antonio Sacristán, director médico de la compañía en España.

Los ensayos indicaron que los anticuerpos reducen la carga viral y evitan hospitalizaciones por el agravamiento de la infección, pero los estudios con pacientes dan resultados dispares. Hace diez días, un estudio apenas vio efecto del bamlanivimab de Lilly en infectados no graves, aunque sí combinado con otro fármaco, etesevimab. La compañía aseguró que otro ensayo demuestra un notable efecto preventivo de su anticuerpo en personas de riesgo si contraen la covid, como quienes viven en residencias. Quiere impulsar un uso más preventivo (darlo a personas antes de infectarse). Lo mismo Regeneron. En cambio, la Universidad de Oxford ha parado un ensayo con plasma de convaleciente al ver que no reduce la mortalidad.

Para Clotet, una clave de la terapia de anticuerpos parece ser en qué fase de la infección se usa, al no haberse observado mucho efecto en enfermos ya graves, pero sí cuanto más pronto se administra. En el ensayo de Grifols se inyectará a infectados en las últimas 72 horas, sin síntomas. El médico explica que se analizará además si activa un mecanismo molecular que impide la llamada tormenta de citoquinas, la hiperreacción del organismo que se da en muchos casos de covid y agrava el estado del infectado.

ANTIVIRALES

Ante el alud de enfermos graves, médicos y científicos se pusieron a revisar qué fármacos existentes podrían combatir la covid. Los primeros en mirar fueron los antivirales, aunque el éxito del reciclaje ha sido limitado, dice Verdaguer. Lo ilustra el caso del remdesivir, usado, aunque varios estudios no lo han visto eficaz. Verdaguer y su grupo investigan (aún están en una fase básica) un cóctel de antivirales, juntar al menos dos distintos (favipiravir y ribavirina en su caso) para atacar mecanismos diferentes del virus. El cóctel de fármacos es una estrategia que se extiende; en su día logró parar la mortalidad del VIH-sida.

Otro equipo del IBMB analiza fármacos contra la tormenta de citoquinas. Verdaguer aclara que este virus no es más complejo que otros, pero investigar lleva su tiempo. Se prueban más antivirales, como el sofosbuvir, que cambió la hepatitis.

ANTIINFLAMATORIOS

Es otro tipo de medicinas que se emplean para tratar la hiperinflamación que causa la covid en algunos casos. Como la dexametasona, muy utilizada. La hidroxicloroquina, muy usada en la primera ola, se descartó después. Grifols prueba su alfa-1 antitripsina; Oxford, el tocilizumab (que se usa contra la artritis reumatoide) y Lilly, su baricitinib, además en cóctel con el remdesivir. Sacristán presume que “son de Lilly dos de los cuatro fármacos aprobados contra la covid en EE.UU.”. Tras la primer ola, el uso de estos medicamentos más temprano se considera uno de los factores para reducir ingresos en ucis y muertes.

ANTICOAGULANTES

Otra de las familias de fármacos que se dan a muchos enfermos para prevenir y tratar la trombosis venosa o arterial, la embolia pulmonar y el ictus que origina la infección. La Organización Mundial de la Salut (OMS) insistía esta semana en que se utilicen estos fármacos. E incluso se ensaya un clásico, la aspirina.

Se estudian muchos más medicamentos, como la colchicina contra la gota. Científicos de la Universitat Politècnica de Catalunya han visto resultados con el raloxifeno. Otros del instituto ISGlobal y Clínica Universidad de Navarra, con el antiparasitario ivermectina. Un estudio liderado por Adolfo García-Sastre, virólogo del hospital Mount Sinai de Nueva York, analizó 47 fármacos y varios eran activos contra el virus, sobre todo el antitumoral plitidepsina. En el centro de Clotet (en consorcio con otros) ya vieron que era la más potente contra el virus de 70 moléculas analizadas. Marta Ricart

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