Los deportistas aficionados mayores de 40 años deben hacerse un chequeo

Tienen mayor riesgo de padecer muerte súbita.

Las enfermedades cardiovasculares son, según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) la principal causa de muerte en todo el mundo. La mayoría se pueden prevenir actuando sobre factores de riesgo comportamentales, como el consumo de tabaco, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física o el consumo nocivo de alcohol, utilizando estrategias que abarquen a toda la población.

El corazón es un órgano especialmente sensible a la sobrecarga, por ello es fundamental que todas las personas que quieran practicar deporte se realicen un reconocimiento previo. “Los deportistas de élite cada vez están más concienciados de la importancia de revisar su corazón, sin embargo, algunos colectivos todavía no entienden la necesidad de realizar este tipo de reconocimientos en pacientes que se identifican como sanos y jóvenes”, afirma Juan Antonio Corbalán, director de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Internacional.

Tal y como explica, es de vital importancia que todas las personas que se inicien en el deporte se chequeen para excluir determinadas patologías que pueden ser especialmente peligrosas.

Mediante una correcta historia clínica y estudios básicos, generalmente un electrocardiograma (ECG) y una analítica, se pueden excluir un altísimo porcentaje de dichas situaciones peligrosas. Además, “es especialmente importante en niños y en adultos mayores de 40 años que deciden iniciarse en una actividad física de cierta intensidad”, afirma este experto.

Deporte y muerte súbita

La muerte súbita cardiaca puede sufrirla cualquier persona a cualquier edad y el infarto se produce de forma inesperada, durante la primera hora desde la aparición de los síntomas, y viene precedida de una pérdida brusca de consciencia.

En el caso de la relación entre deporte y muerte súbita, Corbalán señala que “todo elemento altamente estresante, y el deporte puede llegar a serlo, puede aumentar el riesgo de padecer muerte súbita por el aumento del tono simpático y la exigencia máxima de órganos y sistemas”. Sin embargo, aunque se suele identificar la muerte súbita con el deporte profesional, se produce con una frecuencia mucho mayor en el deporte aficionado de bajo nivel: “Las edades entre 40 y 60 años son especialmente peligrosas si no se hacen estudios previos para diagnosticar la enfermedad cardiovascular isquémica, que es la causa más frecuente de ella”.

El ejercicio físico debe estar en equilibrio con las capacidades del deportista y su intensidad puede aumentar con la mejora de la condición física. El ejercicio ligero y moderado es claramente beneficioso para la salud, pero, como afirma el especialista, “a partir de una intensidad determinada, el riesgo de padecer cualquier acontecimiento no deseado aumenta exponencialmente. Por ello es tan importante la valoración de los deportistas a lo largo de toda su vida”.

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