Las enfermedades víricas respiratorias, principal consulta en pediatría en esta época del año

Podría decirse que estas afecciones representan hasta un 70% de las visitas pediátricas en invierno

Sofia Larrucea

Con el frío, además de la ya pasada Navidad llega también la temporada de las enfermedades víricas respiratorias. Mientras que para la mayoría de la población suelen ser episodios banales, existe un colectivo especialmente vulnerable a poder sufrir complicaciones: los niños. Tal y como explica Venancio Martínez, pediatra del centro de salud El Llano de Gijón, esta mayor vulnerabilidad se debe a que su sistema inmunológico es aún inmaduro y a sus hábitos de vida y espacios de juego. “Están muchas horas al día juntos en la escuela y cada vez empiezan las guarderías a edades más tempranas”, añade. El resfriado común o el catarro de vías altas, la sinusitis, faringoamigdalitis y la otitis constituyen las entidades clínicas más frecuentes dentro de las infecciones del tracto respiratorio superior. “Podría decirse que en otoño e invierno representan entre un 60 y un 70% de las consultas en pediatría”, apunta el especialista Venancio Martínez, también presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (Sepeap).

Estas infecciones comportan en general escasa gravedad y tienden a ser cuadros autolimitados, pero por su prevalencia son la principal causa de absentismo escolar, motivo frecuente de automedicación y origen de gran gasto socio-sanitario. Es por ello que prevenirlo y tratarlo de la mejor manera es un aspecto fundamental a la hora de asegurar el correcto desarrollo de los más pequeños. En lo que a prevención se refiere, la higiene cobra un papel fundamental. “Es primordial lavarse las manos con frecuencia y educar a los hijos a hacerlo asiduamente”, explica este pediatra. Evitar el contacto directo con personas que estén infectadas, beber abundante agua, así como evitar los espacios con humo son otras de las medidas que se aconsejan para evitar contagiarse. Aunque en la mayoría de los casos no suelen conllevar a consecuencias graves, es importante estar alerta ante posibles complicaciones. “Si la fiebre persiste en el niño más de tres días a pesar de la administración de antitérmicos y, además, este presenta dificultad respiratoria, tos persistente o dolor de oído, debemos acudir al pediatra”, afirma Venancio Martínez.

Sin embargo, no todos los problemas de esta época del año son las infecciones víricas respiratorias, el estreñimiento también es una complicación que los pequeños pueden sufrir. Se ha visto que en muchos casos, los menores pueden rechazar ir al baño mientras están en el colegio y ello, como explica el experto Venancio Martínez, puede conllevar a que el niño acabe padeciendo estreñimiento. “Las heces retenidas en el intestino tienden a endurecerse y, por lo tanto, son más difíciles de evacuar”, señala. Para prevenir este problema, la alimentación juega un papel primordial. Debe estar compuesta por alimentos altos en fibra y gran cantidad de frutas y verduras, además del agua necesaria. Su tratamiento puede exigir un control periódico durante un tiempo más o menos largo. Junto al entrenamiento diario mediante la defecación regular, algunos laxantes orales son eficaces y seguros, siendo la vía rectal la segunda opción de tratamiento a todas las edades. “Si el niño está más de dos días sin ir al baño, defeca pero  con complicaciones o presenta  sangre en las heces, debe acudirse al médico”, concluye el pediatra

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