La progresión de la aterosclerosis está directamente relacionada con los factores de la enfermedad cardiovascular

Valentín Fuster Carulla, Director General de CNIC

Avanza de forma rápida en personas sanas de entre 40 y 50 años.

Un estudio del CNIC publicado en JACC demuestra que las placas de ateroma progresan rápidamente en arterias de sujetos jóvenes asintomáticos. El 41,5% de las personas sanas entre 40 y 50 años podrían haber desarrollado ateroma en las arterias y con una progresión más rápida de la estimada hasta ahora. Este conocimiento podría permitir “identificar un perfil de sujetos asintomáticos que puedan tener más riesgo en el corto o medio plazo de sufrir un evento cardiovascular agudo, como un infarto o un ictus”, según ha explicado Borja Ibáñez, director de Investigación Clínica del Centro Nacional de Investigación Cardiovascular (CNIC), a propósito de los nuevos resultados del Estudio PESA-CNIC-Santander, que se publican en The Journal of American College of Cardiology (JACC).

Asimismo, el trabajo, un seguimiento a tres años del estudio PESA, muestra que la progresión de la aterosclerosis está directamente relacionada con los factores tradicionales de la enfermedad cardiovascular: edad, sexo, hipertensión, colesterol, tabaco y diabetes. El estudio PESA-CNIC-Santander, con diez años de andadura, y cuyo investigador principal es Valentín Fuster, director del CNIC, es fruto de la colaboración entre el CNIC y el Banco de Santander, e incluye a 4.200 hombres y mujeres sanos de mediana edad que se están siguiendo mediante tecnología de imagen y biomarcadores sanguíneos de ómicas.

La ecografía vascular, más eficaz para valorar el ateroma

El estudio que ahora se publica ha permitido, además, observar que “la progresión del ateroma se puede ver de forma más sensible con la utilización de la ecografía vascular 2D y 3D que con el TAC de baja dosis de radiación. Así podemos detectar y cuantificar la carga o el volumen de enfermedad aterosclerótica y monitorizarla de una forma precisa para identificar a aquellos individuos que se puedan beneficiar potencialmente de una prevención intensiva de forma precoz”, ha añadido Ibáñez, para quien esto puede deberse “probablemente a que el calcio coronario es un proceso más avanzado y los cambios no se correlacionan tanto con la evolución de la enfermedad como con la ecografía”.

La progresión de ateroesclerosis se relaciona directamente con los factores de riesgo clásicos

De hecho, las recientes Guías de Prevención Europeas 2019 reconocen la utilidad de la evaluación de la aterosclerosis con técnicas de imagen para evaluar el riesgo en los individuos más allá de los factores de riesgo convencionales -edad, sexo, hipertensión, colesterol, tabaco y diabetes-.  “Lo que nosotros estamos empezando a demostrar, y lo haremos de forma más concluyente en los próximos años, es que con las técnicas de imagen mejora la predicción del riesgo más que si utilizamos solamente los factores de riesgo”, ha añadido Ibáñez.

Si este conocimiento se aplicara a la práctica clínica con el uso de los ecógrafos habituales y la suma de un traductor tridimensional, se podría aplicar a una gran cantidad de población. Según Ibáñez, no tanto para realizar un cribaje universal, pero “en sujetos con determinadas características y que y que presenten algo más de riesgo -por ejemplo, fumadores o hipertensos… – creemos que puede ayudar muchísimo a mejorar la identificación del riesgo e iniciar alguna intervención”.

Progresión rápida y no homogénea

Los resultados del trabajo son extrapolables a la población y vienen a cambiar la concepción de que la progresión ateroesclerótica se realiza de forma homogénea y lenta, puesto que la “progresión es muy rápida en un 40% de los casos analizados”, ha asegurado Ibáñez, por lo que los siguientes análisis de los datos permitirán conocer qué patrones se producen y en qué sujetos progresa más rápidamente, así como conocer si esta progresión tiene que ver con el desarrollo futuro de eventos cardiovasculares. Hasta ahora, la velocidad de progresión no había sido considerada a la hora de categorizar el riesgo de los individuos”.

La detección con imagen de las placas puede iniciar la intervención de forma temprana

Los investigadores del CNIC ya habían observado, en análisis previos del PESA, que la presencia de aterosclerosis es frecuente en individuos jóvenes y de mediana edad. “Con este estudio hemos determinado cómo progresa la aterosclerosis en sus etapas más iniciales, sin la presencia de síntomas”, añade Fuster.

Un dato muy relevante del artículo, según Beatriz López-Melgar, autora principal del artículo, es que, tras un corto periodo de seguimiento de sólo 3 años, “el 40% de los individuos de entre 40 y 50 años de edad, presenta un avance importante de sus placas de aterosclerosis a distintos niveles, incluyendo las arterias carótidas, femorales o coronarias. Este hallazgo podría tener consecuencias negativas futuras con respecto al desarrollo de síntomas o eventos clínicos como infartos o ictus”.

Los investigadores concluyen que, estos hallazgos, aunque deben ser validados en un futuro próximo con la presencia de eventos en la cohorte del PESA, son de gran valor para identificar estrategias que permitan prevenir la epidemia de la enfermedad cardiovascular. Isabel Gallardo Ponce (DM)

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