La cirugía del glaucoma se optimiza con la mínima invasión

La mayoría de los pacientes con glaucoma se controlan con tratamiento médico, pero los nuevos dispositivos quirúrgicos aportan más opciones y seguridad.

Más de 80 millones de personas sufren glaucoma en todo el mundo, representando una de las principales causas de ceguera. Es en la consulta hospitalaria donde se trata a los pacientes con glaucoma más complicados. Aquí, un 20-30% pueden necesitar abordaje quirúrgico. La aparición de nuevos dispositivos, que facilitan la salida del humor acuoso y, por tanto, reducen la tensión intraocular, está permitiendo optimizar este tratamiento, según destaca Francisco José Muñoz Negrete, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid).

“Los nuevos dispositivos cada vez de menor tamaño permiten una aplicación en fases más precoces del glaucoma con mayor seguridad, al encaminar el drenaje por la vía natural e implantarse con incisiones mínimas que, en ocasiones, ni requieren sutura”, comenta.

Muñoz Negrete alude también, entre los avances terapéuticos más recientes, a un nuevo implante que libera fármaco de forma prolongada (y que de momento solo está aprobado para su uso en Estados Unidos). “El implante se introduce en el ojo a través de una microincisión; conforme se va reabsorbiendo, el fármaco se libera”. De esta forma, se evita que el paciente tenga que aplicarse el tratamiento diario con gotas hipotensoras y los consiguientes efectos adversos asociados”.

El especialista recuerda que la pandemia, por desgracia, ha impactado negativamente en algunos de estos pacientes, pues durante el confinamiento en la primera ola no se pudo realizar un seguimiento adecuado a todos ellos.

“El deterioro causado por el glaucoma es irreversible”, manifiesta en alusión a esos casos, y para enfatizar en la importancia de una detección precoz de la patología. Así, Muñoz Negrete repasa que los principales factores de riesgo son la edad, los antecedentes familiares de glaucoma, la miopía y la raza (las personas negras y latinas, tienen más riesgo; y en asiáticos es más frecuente el glaucoma con ángulo cerrado). Por ello, recomienda a las personas con alguno de estos factores realizarse una revisión oftalmológica a partir de los 40 años.

Constancia en las revisiones

Ese punto también lo resalta Ignacio Rodríguez Uña, especialista de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernandez-Vega (IOFV). “Dado que el glaucoma es una enfermedad silenciosa, que no suele asociarse a síntomas en las primeras fases, es recomendable consultar con un especialista sin esperar a notar ninguna señal para anticiparse a su progresión. En este sentido, la detección precoz mediante revisiones oculares de forma periódica es el primer paso en el tratamiento del glaucoma, ya que de esta forma se mejora su pronóstico”.

Una revisión a tiempo puede evitar su desarrollo en el 90% de los casos.

Aunque el glaucoma suele estar ligado a una presión intraocular elevada, no todo paciente hipertenso ocular acabará desarrollando esta grave patología visual. Por otro lado, una tercera parte de los pacientes con glaucoma tienen niveles de presión intraocular en el rango de la normalidad. Así lo explica Muñoz: “El glaucoma se produce por una intolerancia a la propia presión intraocular, que puede estar o no elevada respecto a los valores considerados normales. Por eso, es fundamental rebajar la presión dentro del ojo cuando se detecta la enfermedad”.

También en jóvenes

En cuanto a la creencia de que esta enfermedad únicamente se da en personas de avanzada edad, Pedro Pablo Rodríguez Calvo, responsable de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, apunta que, aunque el glaucoma más habitual, el primario de ángulo abierto, se asocia generalmente al envejecimiento y su incidencia aumenta con la edad, también puede aparecer en otras franjas de edad. Tanto es así que, en ocasiones, especialmente cuando existen antecedentes familiares, se diagnostica en personas relativamente jóvenes (40-50 años).

Sobre los tipos de glaucoma más frecuentes que suelen afectar a las personas más jóvenes, los expertos del IOFV destacan los secundarios, que son aquéllos originados por una alteración ocular. “El más habitual es el glaucoma pseudoexfoliativo, muy prevalente en nuestro medio. Además, podemos encontrar otros como el glaucoma por cierre angular, el pigmentario, el normotensivo, etc.”, enumera Rodríguez Calvo.

Biomarcadores

Una de las líneas de investigación más novedosa de la Fundación de Investigación Oftalmológica (FIO) es el panel de biomarcadores que, señala Andrés Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, especialista en glaucoma, podría ayudar a predecir el desarrollo de esta patología con “un simple” análisis de sangre. Sonia Moreno

También te podría gustar...