La atención médica a las mujeres con cáncer de mama se adapta a la situación por el COVID-19

Elección de las mejores secuencias terapéuticas y uso de herramientas telemáticas

La situación de pandemia por COVID-19 está provocando un cambio en la asistencia sanitaria a las mujeres con cáncer de mama para mantener la mejor atención posible, garantizando la seguridad y calidad asistencial. Esta es una de las principales conclusiones del encuentro virtual organizado recientemente por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama y la Federación Española de Cáncer de Mama, FECMA. Dicho evento, seguido online por más de 400 personas, ha tenido como objetivo responder a las dudas e inquietudes que genera en las pacientes la situación actual de pandemia.

Junto a GEICAM, creímos que debíamos dar respuesta a la doble incertidumbre que sufren las mujeres con cáncer de mama, la del efecto del COVID-19 y la que su propia enfermedad les genera”, afirma la moderadora del evento, Catiana Fernández, representante de FECMA y miembro de la Asociación Amiga Murcia. Sobre la posible preocupación de estas pacientes, el doctor José Ángel García Sáenz, oncólogo médico del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, y miembro de la Junta Directiva de GEICAM, quiso transmitir un mensaje de tranquilidad, afirmando que el sistema sanitario dispone de recursos suficientes para el manejo de estas pacientes con garantías, también en estos momentos de crisis sanitaria, y que los oncólogos ponderan el riesgo-beneficio de la terapia en cada paciente de forma individual.

En la misma línea, el doctor Álvaro Rodríguez Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y secretario de GEICAM, explicó los esfuerzos conjuntos que está realizando la comunidad científica para consensuar actuaciones e informar a profesionales y pacientes.

Los especialistas participantes coincidieron en que la situación de pandemia, que obliga a reducir al máximo las visitas al hospital, supone una oportunidad para ofrecer una atención sanitaria distinta, con la misma calidad. “Tendremos que aprender a desarrollar nuestra labor asistencial de otra manera y a utilizar más los medios tecnológicos que hoy tenemos para hacer seguimiento virtual, con consultas telefónicas y telemáticas”, apuntó la doctora Ana Lluch, oncólogo médico del Hospital Clínico Universitario de Valencia y miembro del comité científico de GEICAM.

En la línea de adaptar la atención sanitaria a la situación de pandemia, la doctora Vanesa Quiroga, oncólogo médico del Instituto Catalán de Oncología (ICO​-Badalona) y miembro de la Junta Directiva de GEICAM, aclaró que no hay que temer el retraso de las revisiones ​quirúrgicas, por ejemplo, de las mujeres que han sido operadas recientemente, si la cirugía no ​ha presentado complicaciones. Del mismo modo, espaciar en el tiempo las dosis de tratamiento, si el equipo médico así lo considera, valorando riesgos/beneficios, no tiene por qué repercutir en la eficacia del mismo.

Las mujeres con cáncer de mama no tienen mayor riesgo de contraer la infección por SARS-CoV-2 y las que han superado la enfermedad no tienen por qué tener una evolución más desfavorable, mientras que las que tienen el tumor activo y están en tratamiento constituyen uno de los grupos de pacientes vulnerables ante el COVID-19, junto con los mayores de 60 años, las embarazadas, las personas con enfermedad cardiovascular o pulmonar crónica, diabetes, insuficiencia renal crónica, inmunodepresión, enfermedad hepática crónica severa u obesidad mórbida”, señala el doctor García Saenz.

Recomendaciones de GEICAM

GEICAM ha elaborado un documento de recomendaciones, que comienzan por recordar la importancia de las medidas de educación sanitaria. Tal y como expresó el doctor José Enrique Alés, oncólogo médico del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila y miembro de la Junta Directiva de GEICAM, es necesario que las pacientes se protejan a sí mismas y que su familia también lo haga, básicamente mediante el distanciamiento social, el uso de la mascarilla, y el lavado de manos.

En cuanto al diagnóstico de la infección, antes de empezar el tratamiento oncológico, se aconseja la realización de una prueba para COVID-19 con PCR y una serología para conocer el grado de inmunidad frente a la enfermedad en función de los anticuerpos.

Para reducir las visitas al hospital, hay que optar por cirugías lo menos agresivas posibles, para no alargar las estancias, y por diferir cirugías complementarias como las de reconstrucción autóloga y las reductoras de riesgo. En pacientes más vulnerables al contagio por el virus, para evitar la exposición al mismo, también se valoran las denominadas vacaciones terapéuticas.

En cuanto a la radioterapia, se trata de buscar protocolos bioequivalentes y eficientes pero que reduzcan la estancia hospitalaria. En opinión del doctor del doctor Manel Algara, oncólogo radioterápico del Hospital Universitario del Mar de Barcelona y miembro de la Junta Directiva de GEICAM, si la paciente no tiene síntomas de infección por COVID-19, no hay problema con continuar con el tratamiento con radioterapia y, en el caso de presentar síntomas, del mismo modo que con una gripe, hay que interrumpirlo para reanudarlo con posterioridad.

En lo que respecta a la terapia endocrina, al ser escasamente tóxica, no interfiere en el sistema inmunológico de manera importante y se puede administrar con seguridad. Desde GEICAM también se recomienda identificar a las pacientes en las que es factible obviar la quimioterapia si se evalúa que no es necesaria. Por otro lado, en algunos casos, puede ser conveniente comenzar antes con la quimioterapia y diferir la cirugía.

Importancia de retomar la investigación

Uno de los puntos destacados de las intervenciones de los oncólogos en el encuentro, se refirió a la importancia de continuar con los ensayos clínicos que han quedado interrumpidos a causa de la pandemia. “Ya se está poniendo en marcha la maquinaria para retomarlos de manera segura, puesto que los ensayos clínicos son un elemento absolutamente necesario en la asistencia a las pacientes”, afirmó el presidente de SEOM. Esta opinión fue compartida por la doctora Lluch: “Esta pandemia nos está dando la razón en cuanto a la importancia de la investigación clínica y debería ser un punto de inflexión para considerarla uno de los pilares de nuestra sociedad”, afirmó.

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