Identifican un marcador pronóstico en cáncer de recto basado en el microbioma intestinal

Dr. Paolo Nuciforo, investigador principal del Grupo de Oncología Molecular del VHIO.

La persistencia de Fusobacterium nucleatum, una bacteria intestinal, en los tumores de recto tras el tratamiento de quimio-radioterapia se asociaba con altas tasas de recaídas en pacientes de cáncer rectal localmente avanzado.

Un estudio publicado en noviembre de 2017 por la revista Science en el que participó muy activamente el Valle de Hebrón Instituto de Oncología (VHIO), liderado desde el Dana-Farber Cancer Institute, demostró la persistencia del Fusobacterium en las metástasis hepáticas de pacientes con tumores colorrectales y la respuesta tras tratamiento con antibióticos. Y ahora, un nuevo trabajo dirigido por Paolo Nuciforo se ha centrado en estudiar el papel de esta misma bacteria en cáncer rectal localmente avanzado, en un estudio que se acaba de publicar (20 de junio) en Annals of Oncology.

“Nuestras investigaciones anteriores nos permitieron saber que fusobacterium era una bacteria intestinal patógena importante e integrante de la microbiota asociada con el cáncer colorrectal. Sin embargo, no teníamos datos sobre su papel en el cáncer rectal avanzado y ahora hemos investigado su asociación con la respuesta al tratamiento y la supervivencia”, explica Nuciforo, investigador principal del Grupo de Oncología Molecular del VHIO, quien señala que se trata del primer estudio que identifica un marcador pronóstico en cáncer de recto basado en el microbioma intestinal. El resultado de la investigación ha permitido comprobar cómo la persistencia de fusobacterium nucleatum tras un tratamiento con quimio-radioterapia neoadyuvante (nCRT) se asociaba con altas tasas de recaídas en cáncer rectal localmente avanzado.

Según informa el VHIO, hasta la fecha, la nCRT seguida de la cirugía es el tratamiento estándar para los pacientes de cáncer rectal localmente avanzado. Los pacientes que reciben nCRT y consiguen una respuesta patológica completa –ausencia de tumor residual en las muestras de la cirugía– tienen un buen pronóstico con reducción de las recaídas locales y mejor supervivencia. En cambio, en aquellos en que la respuesta es parcial o no hay respuesta, actualmente no se sabe qué recomendaciones de manejo de los pacientes pueden dar mejores resultados a largo plazo. “No existe ningún marcador que nos ayude a predecir qué pacientes van a recaer y cuáles no, por lo que no es posible adecuar y reforzar el tratamiento en los que tienen más riesgo, o no dar nada a aquellos que no van a recaer”, apunta Nuciforo.

La voluntad de dar una respuesta a esta necesidad clínica y la experiencia previa con Fusobacterium nucleatum fue lo que motivó que el equipo de Nuciforo se pusiera a trabajar con la hipótesis de que esta bacteria podía tener un valor pronóstico en los pacientes de cáncer rectal avanzado. Para llevar a cabo este estudio se analizó un total de 254 muestras de 143 pacientes con adenocarcinomas rectales. En este análisis se determinó la presencia y abundancia de fusobacterium nucleatum utilizando para ello hibridación de ARN in situ y análisis de imagen digital. Se comprobó la presencia de la bacteria en las muestras antes y después de los tratamientos de nCRT.

El primer resultado que se obtuvo de este análisis fue que la presencia de Fusobacterium nucleatum en los tumores de pacientes no tratados no tenía ningún valor pronóstico y que, en aquellos que recibían un tratamiento preoperatorio, no podía utilizarse como un marcador predictivo para saber qué pacientes iban a tener una respuesta patológica completa y cuáles no. “En cambio lo que vimos fue que, aunque la presencia de Fusobacterium nucleatum no predice la respuesta, sí que nos puede servir para saber en cuáles de aquellos pacientes en que no hubo respuesta completa al tratamiento había más riesgo de recaída o metástasis”, comenta Nuciforo.

Esto, destaca el VHIO, ha servido para introducir un nuevo concepto: el microbiotipo tumoral. De esta forma, el equipo de Nuciforo dividió los cánceres de recto en dos microbiotipos: positivo o negativo a Fusobacterium. “Los pacientes con tumores residuales a la cirugía negativos tenían un buen comportamiento. En cambio, si eran positivos, el riesgo de recaída en dos o tres años era 7 veces más alto que en los negativos, por lo que estos pacientes tenían un peor pronóstico. En base a esto, en la práctica clínica se pueden tomar decisiones que ayuden a manejar este riesgo”, precisa.

Este comportamiento de los tumores según la presencia de la bacteria en la microbiota está relacionado con el microambiente tumoral y la respuesta inmunológica. “Cuando hay persistencia de Fusobacterium nucleatum después del tratamiento hemos visto que se crea un microambiente inmunosupresor que evita que las células del sistema inmune puedan atacar al tumor con eficacia”, señala Nuciforo, quien añade cómo han podido ver que, cuando no se detectaba la presencia de esta bacteria, se producía un fuerte aumento de las células T CD8+ y una mayor respuesta inflamatoria.

Este descubrimiento abre la puerta a nuevas vías de investigación en las cuales Fusobacterium nucleatum sea una diana y ayude a mejorar la respuesta de los pacientes. “Eliminando esta bacteria creemos que es posible generar un microambiente antitumoral y puede ser por tanto una interesante vía futura de investigación para nuevos tratamientos que ayuden a reducir el riesgo de escape del sistema inmune”, finaliza el investigador.

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