Estamos en buenas manos

Manel Esteller. Director del Instituto de Investigación Josep Carreras (Barcelona)

Salvo contadas excepciones, no veo mejores opciones terapéuticas en Nueva York o Houston que las que tenemos aquí.

Nuestros profesionales sanitarios reciben una formación universitaria muy buena. Cuando acaban su aprendizaje (y a pesar de los salarios bajos y la carga laboral excesiva) suelen ir más allá de lo que se espera de ellos para ayudar al paciente.

Ocurre porque están impregnados de una labor social y un trasfondo humanista. Cada vez se intenta tratar al paciente a partir de un mejor conocimiento biológico, celular y molecular de su enfermedad.

Ya no se trata solo de vivir más; también mejor. Por eso, a mis estudiantes en la facultad les digo que, antes de pedir un análisis del genoma de un paciente, hablen con él. Que lo escuchen atentamente y todo será más fácil.

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