El glaucoma es la principal causa de ceguera en los países industrializados

Se trata de una patología que daña el nervio óptico y produce con el paso del tiempo que el campo visual se vaya deteriorando sin apenas dar síntomas

S.L.

Se calcula que en nuestro país un millón de personas padecen glaucoma, paradójicamente, sólo 300.000 están diagnosticadas. El motivo principal, advierten los especialistas, es el desconocimiento de esta patología por parte de la sociedad. A pesar de ser la principal causa de ceguera en los países industrializados, sigue detectándose tarde. Falta de información junto a la ausencia de síntomas en etapas tempranas hace que cuando se diagnostica, la persona ya haya perdido campo visual. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de los casos de ceguera que hay en el mundo se pueden evitar o curar. Y el glaucoma no es una excepción, no puede curarse pero sí prevenir su progresión. “Con un buen tratamiento podemos conseguir que el paciente mantenga una buena visión hasta el final de sus días”, afirma Julián García Feijoo, catedrático de oftalmología de la universidad complutense de Madrid.

El glaucoma es una patología que se produce debido a un daño en el nervio óptico, ocasionado, la mayoría de las veces, por una presión intraocular (PIO) elevada. Ésta es un factor de riesgo principal y sus valores deben estar comprendidos entre 18 y 21. Pero no es el único dato que puede determinar si se padece glaucoma, pues la presión es un valor relativo y se debe comparar con la tendencia al cambio del nervio óptico. En este sentido, además de observar si la PIO está dentro del rango de normalidad debe correlacionarse con el grosor de la córnea, pues existen córneas más finas que infravaloran la presión y córneas más gruesas que la sobrevaloran. “El glaucoma es un puzle en el que todas las fichas son importantes, pero el protagonista principal al final siempre es el nervio óptico”, afirma Mª Isabel Canut, oftalmóloga de la unidad de glaucoma del centro de oftalmología Barraquer de Barcelona. “Muchos profesionales pueden caer en el error de diagnosticar erróneamente glaucoma sólo por observar una PIO elevada”, añade el especialista García Feijoo.

El glaucoma suele manifestarse a partir de los 40 años, alcanzando su pico máximo  a partir de los 65. “En la población de 70 años de edad, puede decirse que tiene una incidencia del 10-12%”, advierte Julián García Feijoo. Su sintomatología suele ser casi inexistente en fases tempranas. Halos luminosos, coloreados, distorsión de la luz, acompañados de dolores de cabeza suelen ser los síntomas más comunes. “Puede suceder que se manifiesten en etapas incipientes, pero al hacerlo de manera muy puntual, el paciente no sospecha”, advierte Mª Isabel Canut. El tratamiento del glaucoma lo que pretende es impedir el progreso de la enfermedad y normalmente se consigue bajando el nivel de la PIO.  “Sólo el 50% cumple correctamente el tratamiento”, lamenta Julián García. La percepción de la enfermedad durante muchas fases es asintomática, por ello, añade, “puede ser más molesto ponerse las gotas varias veces al día que los síntomas de la enfermedad en si”.

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