El embarazo en verano no tiene por qué ser peor

la-nataci-n-es-el-deporte-m-s-indicado-para-las-embarazadas.pngI.R. Se tiende a pensar que durante el verano es muy difícil llevar un embarazo con normalidad, pero nada más lejos de la realidad. Si se siguen unas pautas sencillas para evitar las complicaciones propias del calor y se mantiene una dieta saludable, la época estival se superará con menos dificultades de lo que las embarazadas piensan. Es verdad que el calor les puede provocar bajadas de tensión, mayor retención de líquidos y mareos, además de estar más cansadas y tener más dificultades para conciliar el sueño, sin embargo, también existen muchas leyendas urbanas sobre el tema.

“Al bebé no le afecta el calor mientras la madre se mantenga bien hidratada. Es una leyenda urbana que, por ejemplo, tomar el sol en bikini afecte al bebé. El líquido amniótico no se calienta, al igual que no se nos calienta la sangre o los órganos internos, ya que tenemos un sistema de termorregulación interna. También es falso que el parto pueda adelantarse debido al calor”, afirma Sofía Fourier, médico adjunto del servicio de obstetricia de Salud de la Mujer Dexeus.

Para sobrellevar el embarazo durante el verano es fundamental seguir unas pautas. De entrada la piel de las embarazadas es muy sensible, y por ello es recomendable el uso de protección 50 (como mínimo) y por todo el cuerpo a la hora de exponerse al sol. Además, debido al estado hormonal del embarazo, pueden salir unas manchas en la piel llamadas cloasma. Éstas salen típicamente en la frente, en el labio superior, en los pómulos y en el escote, debido al estado hormonal del embarazo. “Si además se exponen al sol sin protección es mucho más probable que aparezcan y luego cuesta mucho de que se vayan”, afirma la especialista.

Respecto a la alimentación, es muy importante estar muy bien hidratada. Para ello es recomendable tomar mucha fruta fresca propia de la temporada, como puede ser sandía o piña. Éstas, además de hidratar, son muy diuréticas y ayudan a evitar la retención de líquidos. “El verano es una muy buena época para llevar a cabo una alimentación sana. Tenemos gazpacho, cremas de verduras, ensaladas, y todo esto ayuda a mantener una alimentación equilibrada y sana. Es importante comer todo muy fresco y entre las frutas, recomiendo no abusar del melón ni de las uvas, que tienen mucho azúcar”, explica Sofía Fournier y añade, “para drenar, no retener líquidos y, por lo tanto, evitar el hinchazón de las piernas, es aconsejable beber diariamente un té verde o rojo, no más, pero uno al día les ayudará a no retener líquidos a la vez que se hidratan”. También hay que ir con mucho cuidado con la listeriosis. Ésta es una bacteria presente en la leche no pasteurizada y en las comidas en mal estado de conservación, entre otras, y puede provocar infecciones graves en embarazadas pudiendo afectar al feto. La comida debe tener siempre buen aspecto y lo ideal sería evitar salsas y mayonesas, vigilando la caducidad de los alimentos.

Por último, la natación es, según Sofía Fourier, el deporte estrella para las embarazadas, sobre todo en la época estival. “El calor y el embarazo pueden provocar que baje la tensión arterial y eso hace que las embarazadas tengan más riesgo de marearse o sufrir lipotimias. Por eso, es recomendable que eviten las aglomeraciones y estar expuestas al calor durante las horas centrales del día”, concluye la obstetra de Salud de la Mujer Dexeus.

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