ECONOMÍA Y CORONAVIRUS (I)

32.905.000 de euros de déficit en 2019. Más ingresos para el Estado, 489.044.000 de euros, y el gasto público disparada a 521.949.000. Del 2008 al 2019, España acumula un déficit público de 820.933 millones de euros, que son 820.933 millones de razones para que los halcones del norte de Europa desconfíen de España. Acaso, al fin y al cabo, lo mejor sea una intervención de España, previo rescate. Pero cuidado, que hay algo que temer.

Por José Mª Gay de Liébana

Profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la UB. Académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (Raeder)

 

Condenados por deficitarios

Que Europa no se fía de nosotros está más claro que el agua. El primer ministro holandés, Mark Rutte , el caso del plan “Sure” de Ursula von der Leyen , este que ayuda al empleo en España e Italia, propone hacer un regalo, bajo el título de “Fondo de Coronavirus , a España e Italia, de 10.000 a 20.000 millones de euros y suficiente, sin devolución, pero de mutualizar la deuda con españoles e italianos, nada.

La duda es qué puede hacer Europa para ayudar a España e Italia que no sea en forma de rescate. La dimensión del déficit público de España en 2019, 32.905 millones de euros, unos 3.000 millones más que en 2018, es de traca.

Con esta credencial, poco recorrido fiable tenemos ante Bruselas. Nuestros ayuntamientos han cumplido, como cada año, con el compromiso presupuestario, con un superávit de 3.839 millones de euros. Las comunidades autónomas doblan el déficit de 2018 hasta 6.795 millones. La Administración central salda sus cuentas con déficit en 13.896 millones. Y la Seguridad Social -clot de nuestras cuentas- perdió en 2019 nada menos que 16.052 millones de euros.

Europa ve como desde 2008 hasta hoy, ininterrumpidamente, España ha vomitado déficit público hasta totalizar más de 820.933 millones de euros, como su deuda pública a efectos del protocolo de déficit excesivo ha crecido en más de 804.000 millones y como los pasivos en circulación de las Administraciones Públicas se han disparado de 2008 hasta hoy nada menos que 1.276.700 millones de euros, más que el producto interior bruto de España 2019 que ascendió a 1.245.331 millones. Con esta carta de presentación, qué solvencia, fiabilidad y garantías ofrece España a ojos de Europa para mutualizar la deuda? Los halcones del norte de Europa, guardianes del sacrosanto superávit presupuestario, ven que dejar dinero en España sería deuda perpetua y sin capacidad de devolución, es decir dinero a fondo perdido.

Recesión o depresión?

Sin respuestas solventes por parte de nuestras autoridades, la economía española se debate ante un dilema: recesión, más o menos profunda, o depresión, con lo cual la cosa sería mucho más seria. La recesión se concreta en la disminución de la actividad económica, por lo tanto, comercial e industrial y conlleva un descenso de salarios, de empleo y de beneficios. El quid es cuánto tiempo durará la recesión económica en España, en la que ya estamos metidos. El primer trimestre de 2020 lo damos por perdido y el segundo trimestre, hasta junio, se plantea muy confuso, lo que significaría perder económicamente el primer semestre de este año 2020. La caída del turismo y de nuestra industria, para la hibernación económica, será una vez para nuestras exportaciones y un vacío que otros países ocuparán, dejando fuera de juego a empresas españolas.

Esto nos llevaría a una recesión profunda que derivaría en una depresión. Y la depresión económica es lo realmente preocupante porque equivale a una crisis en toda regla, no transitoria, con unas secuelas que duran años. Es lo que tiene dejar a nuestra economía y nuestras empresas y autónomos tirados a nuestra suerte, sin el amparo del Gobierno, como ocurre. Entrar en depresión implica reducir la producción (choque de oferta), retraer el consumo (choque de demanda), destruir empleo, ERE que no ERTE, enquistar e incluso disparar el paro, restricción del crédito ante la pérdida de solvencia generalizada , abortar cualquier indicio de inversión, cascada de quiebras y mucha desigualdad. A todo esto, sin mutualitzacions de deuda ni inyecciones de dinero procedentes de Europa, me temo que España se encamina hacia el rescate e intervención, y no de manera más o menos “light”.

¿Golpe a la economía de mercado?

En España funciona la economía de mercado, basada en los mercados que deciden qué, cómo y para quién se produce, y en ellos conectan las decisiones de consumo y producción, fijando los precios.

 

32.905.000 de euros de déficit en 2019. Más ingresos para el Estado, 489.044.000 de euros, y el gasto público disparada a 521.949.000. Del 2008 al 2019, España acumula un déficit público de 820.933 millones de euros, que son 820.933 millones de razones para que los halcones del norte de Europa desconfíen de España. Acaso, al fin y al cabo, lo mejor sea una intervención de España, previo rescate. Pero cuidado, que hay algo que temer.

En la economía planificada, el Estado marca la hoja de ruta económica funcionando al son de dictados políticos y es un modelo centralizado en el que el Estado decide qué bienes y servicios se producen y los que van dirigidos, asignando los recursos productivos y fijando objetivos de producción y crecimiento económico.

El tercer sistema es la economía mixta: el mercado asigna recursos, pero el Estado regula su funcionamiento. Los pasos que da el Gobierno bajo pretexto del estado de alarma, con decretos y comparecencias, suenan a tránsito hacia una economía en potencia de ser planificada al estilo soviético o, en el mejor de los casos, hacia una economía mixta. Intervencionismo exacerbado, suspensión de la libertad empresarial, sospechas que todo ERTE huele a fraude y falsedad con las consiguientes amenazas, satanizando a nuestras empresas e imponiendo unas cargas insoportables y impagables. Si añadimos el confinamiento al que estamos sometidos, tanto exceso intervencionista está bombardeando los pilares de la economía española y al igual batía el camino hacia una ola de nacionalizaciones … Piensa mal y acertarás.

Hibernación e indignación

Queremos en Copenhague, capital de Dinamarca, Unión Europea, aunque fuera de la zona euro, considerado el país menos corrupto del mundo, con crecimiento económico sostenido en los últimos años por encima del 2% y gente feliz. PIB en 2019: 310.576 millones de euros; PIB per cápita: 53.370 euros; deuda pública sólo del 34% sobre PIB, cerrando en 2019 con superávit del 0,60%. Dinamarca actúa sensatamente para ayudar a sus pymes ante el golpe crítico. Allí ni ERTE, ni burocracias, ni movilización de recursos sin poner dinero como aquí. Acuerdo del gobierno danés con patronales y sindicatos: el Estado cubre el 75% del sueldo de los trabajadores (hasta 3.080 euros) con sus puestos en riesgo a cambio de que no haya despidos. El dinero les entrega el Estado directamente a las empresas y éstas pagarán íntegramente los sueldos.

Nuestra economía, según el Gobierno, entra en hibernación mientras la indignación empresarial y de autónomos se dispara: son empresarios y autónomos, incluso trabajadores, los que pagan y pagan esta crisis. El Gobierno se desentiende … La banca se convierte en el ángel de la guarda de la economía española y de ella depende nuestro sostenimiento. Es innegable que, a causa de unas cuentas públicas revueltos, España está en tránsito de insolvencia. De ahí el SOS de Gobierno en Europa exigiendo mutualizar la deuda pública o bonos coronavirus. No hay dinero público para pagar el costo de esta crisis. El rescate de la economía española, sin rodeos, se mastica … Los despropósitos nos llevan, junto a Italia, a depender de Washington ( Fondo Monetario Internacional ), Berlín ( Angela Merkel ), Frankfurt (Banco Central Europeo ) y Bruselas ( Comisión Europea ). España está al borde del abismo por culpa de la malísima gestión que se ha hecho y se hace del dinero público. Llevamos 10 años clamando en el desierto!

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