Dormir bien disminuye el riesgo menor riesgo de patología cardíaca y ACV

Los eventos se podrían reducir anualmente hasta en un 72% si calidad y cantidad de sueño fueran las adecuadas. Los hábitos saludables al dormir repercuten favorablemente en el corazón.

Nueve de cada diez personas no duermen bien por la noche, según una investigación presentada en el Congreso que la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2022) está celebrando en Barcelona.

Además de no conseguir un adecuado descanso para continuar normalmente con las actividades diarias cotidianas, el sueño subóptimo se asocia con una mayor probabilidad de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular (ACV), según indican los autores de este trabajo, que subrayan que siete de cada diez de estas afecciones cardiovasculares podrían prevenirse se durmiera adecuadamente.

Los hallazgos eran, en cierta forma, previsibles, considera Aboubakari Nambiema, principal autor del estudio, del Instituto Nacional Francés de Salud e Investigación Médica (Inserm), en París (Francia). “Se esperaba la baja prevalencia de personas que duermen bien dada la vida que llevamos y que ocupa casi las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

A su juicio, y como medida preventiva tras estas observaciones, “la importancia de la calidad y cantidad del sueño para la salud cardíaca debe enseñarse en las primeras fases de la vida, cuando se establecen comportamientos saludables. Minimizar el ruido nocturno y el estrés en el trabajo, por ejemplo, puede ayudar a mejorar el sueño”.

Generalmente, los estudios previos sobre sueño y enfermedades cardíacas se han centrado en un hábito concreto de sueño, como su duración o la apnea del sueño, fenómeno en el que la respiración se detiene y comienza mientras se duerme. Además, muy a menudo, han evaluado el sueño solo al inicio del estudio.

Análisis de cinco hábitos 

Así, en este nuevo trabajo se ha utilizado una puntuación de sueño saludable que combina cinco hábitos de sueño. Los investigadores investigaron la asociación entre la puntuación inicial del sueño y los cambios a lo largo del tiempo en la puntuación del sueño y la enfermedad cardiovascular que acontecía.

Se analizaron 7.200 personas participantes del Paris Prospective Study III (PPP3), una cohorte prospectiva observacional de hombres y mujeres de entre 50 y 75 años que no presentaban enfermedad cardiovascular.

Se reclutaron en un centro médico dedicado a la prevención entre los años 2008 y 2011. La edad media fue de 59,7 años y el 62% eran hombres. Los participantes se sometieron a un examen físico y completaron cuestionarios sobre estilo de vida, antecedentes médicos personales y familiares y condiciones médicas.

Para recopilar información sobre cinco hábitos de sueño al inicio del estudio se emplearon cuestionarios más dos visitas de seguimiento. Cada factor incluido en el cuestionario recibió 1 punto si era óptimo y 0 si no lo era. Se calculó una puntuación de sueño saludable que va de 0 a 5; de 0 o 1 era considerado pobre y 5 se consideraba óptimo.

Aquellos con una puntuación óptima dijeron dormir de 7 a 8 horas por noche, no haber tenido nunca o rara vez insomnio, no tener somnolencia diurna excesiva frecuente, sin síntomas de apnea del sueño y un cronotipo temprano (ser una persona madrugadora). Los investigadores revisaron incidentes de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular cada dos años durante un total de 10 años.

Al inicio del estudio, el 10% de los participantes tenía una puntuación de sueño óptima y el 8 % tenía una puntuación deficiente. Durante una mediana de seguimiento de ocho años, 274 participantes desarrollaron enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular.

Significativa reducción 

Los investigadores analizaron la asociación entre las puntuaciones de sueño y los eventos cardiovasculares después de ajustar factores como edad, sexo, consumo de alcohol, ocupación, tabaquismo, índice de masa corporal (IMC), actividad física, nivel de colesterol, diabetes y antecedentes familiares de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o muerte cardíaca súbita.

“Observamos que el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular disminuyó en un 22% por cada aumento de 1 punto en la puntuación del sueño al inicio del estudio. Más específicamente, en comparación con aquellos con una puntuación de 0 o 1, los participantes con una puntuación de 5 tenían un 75% menos de riesgo de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular”, indica Nambiema.

Paralelamente, se calculó la proporción de eventos cardiovasculares que podrían prevenirse con un sueño más saludable, con un dato aplastante: si todos los participantes tuvieran una puntuación de sueño óptima, el 72% de los nuevos casos de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular podrían evitarse cada año.

Durante dos de los seguimientos realizados, casi la mitad de los participantes (el 48%) cambió su puntaje de sueño: en el 25% disminuyó mientras que en el 23% mejoró. Cuando los investigadores examinaron la asociación entre el cambio en la puntuación y los eventos cardiovasculares, encontraron que un incremento de 1 punto a lo largo del tiempo se asoció con una reducción del 7% en el riesgo de enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular.

Preservar la salud cardíaca 

Según Nambiema, los datos ponen de relieve el potencial que supone dormir bien para preservar la salud del corazón y sugiere que mejorar el sueño está relacionado con menores riesgos de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular.

“Hemos observado, además, que la gran mayoría de las personas tienen dificultades para dormir. Dado que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en todo el mundo, se necesita una mayor conciencia sobre la importancia de dormir bien para mantener un corazón sano”. Raquel Serrano

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