Detección precoz, clave para la remisión de la artritis

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La resonancia magnética (RM) es una herramienta eficaz tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de la enfermedad

ANICHA SENDÍN – El diagnóstico precoz de la artritis reumatoide es uno de los principales retos. Por ello los profesionales insisten en detectar pequeñas señales de alerta para que sea un reumatólogo quien valore cada caso. Para diagnosticar la artritis reumatoide es necesario aunar diferentes criterios ya que, como explica Cayetano Alegre, jefe del servicio de reumatología del Hospital Universitario Quirón Dexeus y especialista de Vall d’Hebrón, “algunas formas de presentación de la artritis reumatoide puede generar ciertas dudas en cuanto a la clasificación durante las primeras seis semanas del diagnóstico”.

En cualquier caso, las estrategias actuales permiten tener un diagnóstico fiable en aproximadamente tres meses. En determinados pacientes es preciso recurrir a avanzadas técnicas clínicas, de laboratorio e imagen para poder conseguir un diagnóstico preciso. Conseguir la remisión de la enfermedad y evitar lesiones residuales permanentes supone el principal desafío. Cuanto antes se realice el diagnóstico, mejor será el pronóstico de la enfermedad.

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Casi todos los pacientes tienen el mismo síntoma inicial: dolor de articulaciones, que normalmente se acompaña de calor, tumefacción o impotencia funcional, especialmente por la mañana. “Lo más importante es detectar si estas señales se acompañan de inflamación articular, para ello inicialmente realizamos una ecografía en la que podemos confirmar las sospechas”, apunta Cayetano Alegre. La inflamación es una respuesta inmune a una agresión. Una articulación inflamada que tiene limitada su movilidad por el dolor puede no ser evidente a simple vista y con frecuencia se confunde inflamación con hinchazón, que no es lo mismo. Esta última generalmente se produce por un edema y no tiene por qué tener mayor complicación. Detectar la inflamación es el primer paso en el diagnóstico de la artritis reumatoide.

Conseguir detener la progresión de la enfermedad supone evitar las conocidas malformaciones articulares. La resonancia magnética (RM) puede revelar pequeñas alteraciones antes de que morfológicamente se detecten. “No debemos esperar a que llegue la destrucción de la articulación, debemos avanzarnos e iniciar el tratamiento lo antes posible”, recalca este reumatólogo. Con la intención de adaptarse a las necesidades de los pacientes, desde hace un tiempo está disponible la resonancia dirigida únicamente a explorar los brazos (incluidos codo, muñeca y mano) o piernas (incluidos rodilla, tobillo y pie). De este modo, el paciente sólo introduce en el equipo las estructuras anatómicas que se quieren estudiar. Equipos como Optima MR430s, desarrollada por GE, son capaces de generar imágenes de gran precisión de las extremidades. Son resonancias especializadas en el sistema musculoesquelético que ofrecen la misma calidad y consistencia de imagen que los sistemas de RM convencionales más potentes. “Si vemos por ejemplo que hay edema alrededor de las posibles lesiones articulares, que la cortical se está debilitando o que la sinovial está destruyendo el cartílago articular son señales de que debemos actuar lo antes posible para evitar complicaciones”, explica Cayetano Alegre.

Además, los nuevos avances en las tecnologías de adquisición de imágenes permiten no sólo diagnosticar, sino tratar con eficacia a través de la observación de de la respuesta al tratamiento. Aunque no se puede revertir la enfermedad una vez ya se ha manifestado, si se puede remitirla o, como mínimo, retrasar su progresión. La RM permite valorar durante las primeras semanas de aplicación del tratamiento si éste es eficaz en el paciente. Así, el profesional puede decidir cambiar la estrategia y probar otras alternativas terapéuticas.

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