¿Cómo debo proteger a mi bebé del sol?

 

Las cremas protectoras deben ser diferentes en los niños respecto a los adultos

La radiación solar que se recibe en los primeros 18 años supone el 80% de la radiación que vamos a recibir en el resto de nuestra vida

Baby boy wearing hat and shorts playing on a beach

Sofía Larrucea

 

Según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV),  la radiación solar que se recibe en los primeros 18 años supone el 80% de la radiación que vamos a recibir en el resto de nuestra vida. Por ello, es muy importante tener en cuenta que los más pequeños son especialmente vulnerables a los rayos solares y, por tanto, las medidas fotoprotectoras deben extremarse especialmente.

Cómo proteger la piel de los más pequeños

El proceso de maduración de la piel se completa hacia los dos años de vida, aproximadamente. Hasta entonces, el cutis suele tener unas peculiaridades diferentes a las de un adulto. De este modo, es importante protegerles con ropa y utilizar fotoprotectores resistentes al agua, a la fricción, y con filtros biológicos. También debe limitarse la exposición solar en las horas centrales del mediodía y utilizar cremas de SPF50. Unas medidas fundamentales, y es que no hay que olvidar que la exposición a la radiación ultravioleta y las quemaduras durante la infancia son un factor de riesgo fundamental para el desarrollo de cáncer cutáneo en la edad adulta.

Asimismo, debemos saber que no se aconseja ir a la playa con un bebé menor de seis meses de vida, ni aún poniéndolo debajo de una sombrilla, pues el reflejo del sol sobre la arena también puede afectarle. Pero, ¿qué hacemos si vamos a dar un paseo? Evidentemente hay que proteger al menor, pero debemos tener mucho cuidado cómo lo hacemos y qué cremas utilizamos.  Las cremas con filtros solares químicos, por ejemplo, no están recomendadas en los bebés. Estos filtros absorben la energía de la radiación UV y, a pesar de que se consideran moléculas seguras, el uso de la oxibenzona o el octocrileno (tipos de filtros químicos) es controvertido, especialmente en niños pequeños y pieles sensibles o reactivas. Ello se debe a que, como estos son absorbidos por la piel, generan mayor riesgo de que el menor sufra reacciones alérgicas.  En su lugar, los especialistas recomiendan utilizar cremas de filtros solares físicos, es decir, aquellos que reflejan la radiación y la dispensan. Los filtros inorgánicos, como el óxido de zinc y dióxido de titanio, tienen la ventaja de ser muy fotoestables y de no provocar reacciones alérgicas. Las emulsiones que incorporan filtros inorgánicos serían las más adecuadas para evitar la sensibilización, la irritación y la fotoalergia. Para los más pequeños, especialmente menores de seis meses, se recomienda que la crema, además de estar libre de filtros químicos, tampoco contengan alcohol, colorantes ni parabenos.

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