Avances en la medicina del dolor

Un nuevo dispositivo implantable es capaz de estimular los ganglios dorsales desde las raíces espinales

Hasta un 4% de la población padece dolor crónico refractario

Sofía Larrucea

La estimulación eléctrica es una técnica empleada desde hace años para tratar el dolor crónico, una afección que padecen actualmente unas 70 millones de personas en Europa occidental. Sin embargo, en algunas ocasiones este método no resulta del todo eficaz. Algo que se espera, no obstante, que cada vez sea menor y gracias, en parte, a los avances que está habiendo en este campo. Claro ejemplo es un nuevo dispositivo implantable que está disponible en nuestro país desde hace relativamente poco y que permite, a diferencia de otras técnicas, estimular los ganglios dorsales desde las raíces espinales. “Gracias a la estimulación a nivel de la salida del nervio que se encamina hacia un determinado territorio corporal, seremos capaces de ‘concretar’ la zona sobre la que vamos a actuar específicamente, lo que no es posible con la estimulación un poco ‘inespecífica’ de la estructura axonal medular de cordones posteriores”, explica Antonio Pajuelo Gallego, jefe de la unidad del dolor del Hospital Universitario Virgen del Rocío.

Este nuevo dispositivo, llamado Axium / Proclaim DRG, está indicado para aquellas personas que padecen dolor crónico refractario, es decir, aquel que no ha respondido a otras terapias convencionales farmacológicas o de otro tipo de intervencionismo. Concretamente, se estima que la indicación de este dispositivo (con las experiencias de éxito a día de hoy) se da en más de un 20% de todos los casos de dolor crónico refractario. Un dolor que, además, tal y como señala el especialista Antonio Pajuelo, se presenta actualmente en un 2-4% de la población. La estimulación mediante este dispositivo se realiza de forma directa sobre neuronas del ganglio de la raíz dorsal, lo que condiciona una estimulación cercana a la génesis y control del dolor neuropático. La cercanía a esta estructura permite, de este modo, una estimulación más eficaz y utilizando menos energía. Esta nueva herramienta parece tan efectiva que incluso en determinadas afecciones como el dolor por neuralgia postherpética o el dolor neuropático postquirúrgico en zonas distales, por ejemplo, no es necesario realizar una fase prueba posterior, algo que por el contrario sí resulta obligatorio cuando se realiza una estimulación medular clásica. Sin embargo, los beneficios no son solo terapéuticos. “El sistema de segunda generación ofrece nuevas ventajas, como la comunicación inalámbrica de campo lejano (BluetoothTM)  tanto con el controlador del paciente como con el programador clínico, que facilita la optimización de los parámetros de estimulación y, además, estos sistemas cuentan con un sistema de software actualizable, por lo que los pacientes podrán beneficiarse de nuevos avances por medio de actualizaciones no invasivas, sin necesidad de la sustitución quirúrgica del sistema”, concluye el experto Antonio Pajuelo.

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