Ante una sepsis, es vital actuar durante las primeras horas

Consiste en una infección generalizada que da lugar en numerosos casos a un fallo multiorgánico

La repentina muerte del fiscal general del estado, José Manuel Maza, el pasado 18 de noviembre, a consecuencia de una sepsis, ha hecho aumentar el interés por conocer ese proceso infeccioso. Consiste en una infección generalizada en el cuerpo de la persona, habitualmente producida por una bacteria que, a partir de un foco de entrada, que puede ser una herida, o localizada en un órgano desde el que se extiende, según define la Sociedad Española de Medicina Interna.

Como respuesta a la infección, el cuerpo genera una respuesta inflamatoria que, en los casos más graves, provoca un fallo agudo de otros órganos que no necesariamente estaban relacionados con la infección original, provocando un shock o fallo multiorgánico que, en un número importante de casos, provoca la muerte, según explican desde la a Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc).

Los síntomas que produce habitualmente son fiebre, que puede ser muy alta, e incluso escalofríos o tiritera cuando la temperatura se eleva. Suele haber dolor de cabeza, y en ocasiones mareo, pérdida de apetito, cansancio y a veces sensación de falta de aire (disnea).

Mediante análisis de sangre, se analiza la respuesta del paciente ante la infección y se intenta detectar el germen que la causa, si es necesario con pruebas de imagen (TAC). El tratamiento básico consiste en el uso de antibióticos. En determinados casos el problema puede ser serio, sobre todo si el enfermo tiene sus defensas dañadas, o padece algún proceso que le limite, esté en cuidados intensivos, o haya sufrido intervenciones agresivas.

Se estima que cada año 27 millones de personas sufrirán un episodio de sepsis, cifra por encima de los casos de ictus, cáncer, infarto de miocardio y HIV. De estos pacientes fallecen 8 millones al año y los supervivientes pueden presentar importantes secuelas a largo plazo con alteraciones funcionales, cognitivas y mentales que impactan en su calidad de vida. Además consume una importante cantidad de recursos, lo que representa en Estados Unidos 20.200 millones de dólares.

Los casos de éxito están directamente relacionados con la rapidez con la que se instaura el tratamiento. La implantación del Código Sepsis en muchos hospitales españoles ha permitido, en los últimos años, dar una respuesta temprana y multidisciplinar a esta enfermedad mejorando la supervivencia y los resultados. El reconocimiento precoz de los síntomas y el inicio de un tratamiento adecuado en las primeras horas pueden reducir la mortalidad de forma significativa. Los estudios muestran que los pacientes tratados de forma adecuada la primera hora sobreviven en un 80% de los casos reduciéndose hasta el 15-20% a partir de las 12 primeras horas.

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