Agosto, tiempo de medusas

medusa-1-1024x768picadura-medusa-dueleCon la llegada del buen tiempo y las aglomeraciones de bañistas en las playas, no es extraño ver a algún desafortunado afectado por una picadura de medusa. Y es que aunque estos celentéreos habitan el Mediterráneo durante todo el año, en la época estival las corrientes marinas producidas por los barcos que zarpan a diario facilitan la llegada de las aguamalas. No atacan a las personas pero un simple roce puede producir su picada. Los síntomas más comunes son dolor, ardor, inflamación, enrojecimiento e incluso sangrado, en algunos casos. En pacientes alérgicos o con algún tipo de enfermedad éstos pueden variar y presentarse complicaciones.

Cuando la medusa se queda enganchada al cuerpo del bañista lo primero que se debería hacer es extraer los tentáculos. Para deshacerse del animal lo mejor es utilizar un pañuelo en forma de gasa y retirarlo suavemente, sin estirarlo ya que esto podría provocar una fuerte irritación. Ante una picadura, hay que lavarse siempre con agua del mar, nunca con agua dulce ya que activa el veneno al romperse las células urticantes. Posteriormente, debería aplicarse una crema con cortisona para desinflamar la picadura. Una vez hemos dejado la piel limpia y curada, debemos cubrirla del sol utilizando factores de alta protección. A día de hoy, existen en el mercado cremas solares y geles repelentes que pueden resultar muy efectivos. En las costas españoles hay diversos tipos de medusas, pero existen tres que son más frecuentes en nuestras playas. La Pelagia noctiluca la encontramos en todo el litoral y se diferencia por su color rosado con verrugas marrones. La Cotylorhiza tuberculata, también conocida por “huevo frito” por su forma aplanada y su núcleo central de color naranja, es más propia del sur y sureste del país. La Acalefo radiado nada a sus anchas por el Mediterráneo, sobre todo en Valencia y Cataluña. Es amarillenta y con 16 bandas marrones. Pero, sin duda, la medusa más peligrosa de nuestra costa es la blanquecina Carybdea Marsupialis. A pesar de su pequeño tamaño, entre 1 y 5 centímetros, es una de las pocas medusas por las que hay que acudir al hospital rápidamente en caso de picadura.

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