Ablación con fuerza de contacto

cateter-tacticath-quartz1-pngUn nuevo catéter mide de manera instantánea y real el impacto con el tejido endocárdico

A. TORELLÓ. MADRID. La ablación por radiofrecuencia es una técnica intervencionista ampliamente extendida en cualquier unidad de cardiología y la mejor alternativa para eliminar una arritmia. Consiste en quemar el lugar de origen de la arritmia para evitar que ésta se reproduzca. Con la ablación se destruye la parte afectada del tejido cardiaco, de manera que la anomalía eléctrica no puede producirse. Conseguir que se produzca la quemadura en una zona muy concreta del corazón depende del contacto que se establezca entre la punta del catéter y la pared del músculo cardíaco.

Este contacto debe mantenerse durante la intervención de cada punto de ablación, de aproximadamente un minuto. La práctica debe realizarse de manera manual por parte del profesional, quien debe intuir mediante la imagen el grado de contacto. Para facilitar este procedimiento, se ha desarrollado un nuevo catéter que mide de manera instantánea la fuerza real con la que el catéter impacta con el tejido endocárdico. “Poder conocer este dato influye en la cantidad de energía que transferimos”, señala Jesús Almendral, jefe de la unidad de electrofisiología cardiaca y arritmias de HM hospitales (Madrid) y profesor titular de la Universidad CEU San Pablo.

Con los catéteres convencionales, el médico sólo puede valorar si la energía transferida es la correcta analizando el resultado. “Si vemos que la arritmia se elimina ha ido bien, pero en caso contrario se deben realizar nuevas intervenciones”, asegura Jesús Almendral. Con la nueva tecnología de ablación con catéter TactiCath Quartz, el especialista puede anticiparse y analizar en tiempo real la fuerza de contacto durante los procedimientos de mapeo electrofisiológico del corazón y de ablación con catéter, de manera que puede crear lesiones seguras y eficaces. “El problema de no disponer de este control de la fuerza es que si se hace una quemadura insuficiente, de poca transferencia de energía, se forman lo que se conoce como edema”, explica este cardiólogo. En estos casos las sucesivas quemaduras resultan menos eficaces. Además, añade Almendral, “si la quemadura no se hace con la profundidad adecuada, aspecto que depende de la cantidad de radiofrecuencia transferida, al cabo de un tiempo, una estructura que se consiguió anular puede revitalizarse y, por tanto, volver la arritmia”. Estas recurrencias pueden producirse de forma precoz al cabo de unas horas o incluso meses. Al cabo de un año, en fibrilación auricular se producen recidivas en el aproximadamente
40% de los pacientes. Los resultados obtenidos en un reciente estudio han demostrado que hasta ahora con el nuevo catéter, entre el 80 y el 90% de los casos quedan libres de arritmia al año.

Aunque todavía hacen falta datos a largo plazo, la evidencia clínica apunta que el uso de fuerza de contacto y la estabilidad del catéter durante los procedimientos de ablación terapéutica para la fibrilación auricular pueden reducir la duración del procedimiento, mejorar el aislamiento de las venas pulmonares.

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