“Muy pocas personas tienen inmunidad al sida”

Marina Rossell | Gerard Quintana

El médico investigador Bonaventura Clotet entre Marina Rossell y Gerard Quintana en el Ateneu Barcelonès.

Marina Rossell:

Empecé a oír a hablar del sida cuando en los años 80 se murió un amigo, que además era médico. A raíz de este hecho compuse la can­ción “Última postal” que salió en el disco Cinema blau donde hablo de su historia. Primero pensé lo que todo el mundo, que era una enfermedad que afectaba únicamente al colecti­vo homosexual, una idea totalmente errónea que he podido contrastar con los años.

Gerard Quintana:

El primer recuerdo que tengo del sida es cuando en 1985 murió el actor hollywoodiense Rock Hudson. Ese hombre que enamoraba a todas las mujeres de mi entorno de pronto desapareció. Pero la realidad del sida que luego conocí era más cruda. Yo vivía en el barrio viejo de Girona, que no se parecía nada al actual, era hu­milde y precario. Vi como muchos amigos que consiguieron hacer frente a las drogas y una vez recupe­rados, como una factura injusta, no pudieron superar el sida.

Hace dos meses participamos en el macroconcierto “Nuestras can­ciones contra el sida”, una iniciativa del doctor Bonaventura Clotet en su lucha constante por avanzar en la in­vestigación del VIH. Ahora tenemos la posibilidad de entrevistarle y re­solver algunos interrogantes sobre esta dura enfermedad.

M. R.- ¿Se ha frivolizado el sida?

Da miedo decir que se ha frivoli­zado, pero es verdad. Muchas veces la población joven tiene la percepción de que a ellos ya no les puede afec­tar. Es una cuestión educacional, se debería hablar de sexo y de enferme­dades de transmisión sexual en los colegios porque la incidencia de este tipo de patologías está aumentando. No tendríamos que tener miedo a decir que queremos usar el preser­vativo en una relación. Otro aspecto que lleva a esta “frivolización” es que pensamos que si nos infectamos, to­mando una pastilla ya se soluciona el problema hasta que llegue la vacuna dentro de 15 años. Si una persona de 20 años se infecta le tocan unos 60 de tratamiento porque la esperanza de vida, afortunadamente, no se ve afec­tada si se diagnostica precozmente. Pero el tratamiento tiene toxicidad y un coste elevadísimo. Y todo esto es fácilmente prevenible con el uso del preservativo.

G. Q.- ¿Se ha detectado el perfil de estos nuevos contagios?

Es delicado contestar a esta pre­gunta porque no se debe estigmati­zar el sida, afecta a todo el mundo. Es cierto que se ven más contagios en hombres homosexuales porque son sexualmente muy activos, pero debemos tener claro que afecta a cualquier persona. A veces existe la falsa percepción de que el sida es una enfermedad de gais y drogadictos. Yo tengo muchos pacientes hete­rosexuales. De hecho, es una enfer­medad de transmisión mayoritaria­mente heterosexual, es la causa que predomina a nivel mundial.

G. Q.- ¿La inmunidad al VIH es un mito?

No, hay gente inmune. Algunas personas tienen la suerte de tener cierta protección natural, pero re­presentan únicamente el 1% del total. Existen individuos a los que ge­néticamente les falta un receptor que impide que el virus entre en la célula. A otros les falta una molécula en la envoltura de la célula que hace que el virus no se pueda enganchar. Tam­bién hay quien tiene una respuesta inmunitaria muy eficiente y controla muy bien la infección. Aunque son una minoría estamos aprendiendo mucho de estas personas para dise­ñar un modelo de vacuna eficiente. A partir de ellas hemos podido detec­tar y seleccionar las partes del virus que estaban siendo atacadas.

M. R.- ¿Tendremos vacuna en 15 años?

Ojalá. Pero llegar a la vacuna costa­rá mucho esfuerzo y dinero y la crisis está afectando seriamente a la inves­tigación. No puedo asegurar si la ten­dremos o no, lo que sí puedo decir es que en 15 años sabremos en qué punto nos encontramos. Pero para eso hace falta disponer de mucho dinero para poder avanzar. Es un proceso terri­blemente laborioso y burocrático. Lo cierto es que hemos progresado muchísimo, porque hemos pasado de que se nos murieran los pacientes en las manos a una enfermedad crónica pero controlable. Es probable que en 15 años estemos muy cerca de la erra­dicación, pero también puede ser que en ese tiempo nos demos cuenta de que nunca podremos llegar a erradi­car el sida.

G. Q.- ¿En estos momentos está en riesgo esta investigación?

Hasta ahora en Cataluña siem­pre se había mantenido el apoyo a la investigación sin cuestionarla. El problema es que ya se está empe­zando a recortar en I+D. Además, la situación de la industria farmacéu­tica, que también se está viendo muy afectada con las nuevas medidas, y que siempre había sido el motor de la investigación clínica, está inci­diendo de manera indirecta. Lo que no podemos pretender es detener la investigación durante unos años y que luego se reinicie en el mismo punto. Tardaremos unos 15 años en volver a estar al mismo nivel que nos quedamos. Nosotros, gracias al apoyo de Fundació la Caixa, Esteve y la Generalitat de Catalunya, tene­mos un proyecto para el desarrollo de la vacuna y otro para erradicar el virus, si tuviéramos medio millón de euros para cada uno de ellos avanza­ríamos muchísimo en investigación. Y aunque actos como el concierto benéfico, en el que vosotros partici­pasteis, fue todo un éxito y evidente­mente ayudará mucho, todavía no es suficiente. La única manera de salir de la crisis es invirtiendo en investi­gación y educación.

G. Q.- ¿La investigación en VIH ha permitido también avanzar en otros campos?

Si ayudas a la investigación del sida, también puedes estar ayudan­do a progresar en otras enfermeda­des como el cáncer, la hepatitis, el envejecimiento… Se contribuye al conjunto de la investigación. El sida, por ejemplo, es una enfermedad que ha ayudado a progresar mucho en el desarrollo de fármacos para otras patologías como la hepatitis C. También ha permitido estudiar que la activación de nuestro sistema inmunitario de una manera crónica podría ser una de las posibles causas de envejecimiento. Es decir, de ser así, una de las fórmulas para vivir mucho sería reducir la activación in­munitaria continua que hace liberar unas sustancias que alteran las arte­rias y provoca que el envejecimiento sea más rápido.

M. R.- ¿La música cura?

La buena música siempre con­forta el espíritu y eso es algo que, indudablemente, ayuda a curar las enfermedades.

Perfil

Bonaventura Clotet es un reconocido experto en el estudio del sida. Licenciado en medicina por la UAB en 1976, en la actualidad es responsable de la unidad de VIH y director del Instituto de Investigación IrsiCaixa en el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona. En menos de 20 años, y gracias a su incansable esfuerzo, ha logrado que su equipo se sitúe entre los mejores de Europa. Desde 2006 dirige junto a Josep M. Gatell, del hospital Clínic de Barcelona, el proyecto HIVACAT, un programa de investigación pionero en Europa para el desarrollo de vacunas contra el virus de VIH.

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