Muchos pacientes oncológicos no consultan con su médico el dolor que padecen

evn-escala-verbal-num-rica.pngAceptarlo como algo inevitable, miedo a efectos secundarios o a posible adicción farmacológica son algunas de las causas

S.L. “En muchas ocasiones no se menciona el dolor cuando se acude a consulta (…) Existe la creencia que este es un problema poco importante en comparación con el proceso oncológico”, esta información, destacada en el estudio El dolor en el paciente oncológico publicado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), podría pasar desapercibida. Sin embargo, no lo es tanto cuando se observan cifras como que este síntoma es el principal en el 40% de las personas que están sometidas a un tratamiento oncológico y que, además, ese porcentaje aumenta a un 75% cuando la enfermedad está avanzada.

Es de sentido común que curar el tumor es la prioridad fundamental, pero hacerlo afectando lo menos posible a la calidad de vida del paciente es un objetivo por el que los profesionales también luchan. A pesar que existen tratamientos farmacológicos cada vez más eficaces, el director de la cátedra de cuidados paliativos de la universidad de Vic, Xavier Gómez Batiste, apunta acerca de la importancia que tiene también el estado emocional y anímico para la percepción del dolor, “hace tiempo que se descubrió que las personas que no cuentan con apoyo familiar y están con un estado emocional bajo, tienen una percepción más intensa del dolor respecto a los que sí tienen apoyo familiar, el tratamiento del dolor debe ser, en este sentido, integral”.

El dolor se debe principalmente a que por crecimiento o invasión, el cáncer afecta a terminaciones nerviosas y provocan inflamación de los tejidos dañados. A pesar de que afecta negativamente a las funciones corporales y puede dañar gravemente la calidad de vida, la SEOM advierte que muchos pacientes no lo consultan con su médico porque lo acpetan como algo inevitable.

Asimismo, otros pueden pensar erróneamente que cuanto más dolor se tenga, peor estará la enfermedad. Miedo a los efectos secundarios, a crear una posible adicción o pensar que pueden dejar de hacerle efectos los medicamentos son otros de los motivos por los que los pacientes pueden ser reacios a la idea de tratar este síntoma No obstante, aproximadamente el 60% de los tumores tratamiento analgésico con fármacos que, de manera progresiva, incluirán antiinflamatorios, opiodes débiles y coanlagésicos. Cuando el dolor es de intensidad moderada a severa, se requieren potentes tipo morfina y derivados.

La frecuencia de este molesto síntoma aumenta cuando hay más extensión de la enfermedad. En las fases iniciales, la frecuencia es del 20-30%, mientras que cuando está en fases de metástasis esta frecuencia aumenta a un 70-80% de los casos.

También varía en función de los órganos a los que lesione la metástasis. “La afectación de los huesos produce fracturas y es mucho más doloroso que una metástasis en el pulmón, por ejemplo”, afirma el especialista Gómez Batiste. El tratamiento va dirigido por las indicaciones de los signos y síntomas clínicos. Éstos determinarán la combinación farmacológica o la estrategia terapéutica inicial.

A pesar de ello, el especialista Xavier Gómez advierte que no debe olvidarse de que la percpeción del dolor es un aspecto somatop´siquico. Es decir, no sólo depende del estado emocional que tenga el paciente, “Cuando nos planteamos el tratamiento del dolor de manera integral y comprensiva, no sólo tenemos que tratar la causa principal, sino también las adyacentes”, concluye.

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